Un estudio de Talker Research revela que desayunar temprano, tomar aire fresco y beber agua son algunos de los hábitos más efectivos para mejorar la mañana. Los millennials tardan más en despejarse que los baby boomers, pero para todos la clave está en aprovechar los primeros minutos tras despertar.
El valor de los primeros minutos
La expresión “empezar el día con buen pie” tiene más sentido de lo que parece. Según una encuesta realizada por Talker Research (TR) a 2.000 adultos en Estados Unidos, la manera en que organizamos nuestras mañanas influye directamente en el desarrollo del resto del día.
El 49% de los encuestados admitió que su rutina matutina determina cómo se sentirá a lo largo de la jornada, y uno de cada tres reconoció que omitir algunos pasos sencillos puede arruinar por completo su inicio del día.
Qué arruina y qué mejora la mañana
Los encuestados señalaron que las mañanas suelen estropearse cuando olvidan preparar café o té recién hecho (38%), no se cepillan los dientes (34%), no beben agua (28%), no se duchan (25%) o se saltan el ejercicio (22%).
En cambio, para mejorar la jornada, las mejores prácticas son:
- Desayunar temprano (49%).
- Tomar aire fresco (46%).
- Beber tanta agua como café o té (42%).
- Realizar estiramientos (35%).
- Tomar una ducha tibia o fría (27%).
- Hacer ejercicio antes de trabajar (24%).
- Usar el teléfono menos de 10 minutos (21%).
Los hombres destacaron más la importancia del desayuno (53%), mientras que las mujeres se inclinaron por salir a tomar aire fresco en la mañana (46%).
Diferencias entre generaciones
El estudio también revela contrastes entre generaciones. Los millennials son quienes más tardan en sentirse despiertos, con un promedio de 29 minutos, diez más que los baby boomers, que logran despejarse en 19. En general, una persona promedio necesita 25 minutos tras levantarse para sentirse completamente despierta, y las rutinas matutinas duran alrededor de media hora, sin importar edad o género.
Además, el 37% de los encuestados afirmó que puede saber si su día será bueno o malo apenas 10 minutos después de despertarse, mientras que el 73% de la Generación Z aseguró que reconoce con anticipación cuándo está a punto de tener un mal día.
Un hábito universal
Aunque la encuesta se centró en hábitos de estadounidenses, las conclusiones podrían aplicarse a otros países occidentales con culturas similares. “La manera en que aprovechamos los primeros minutos de la mañana influye en nuestra actitud, energía y concentración, más allá de la cultura”, explicó Arin Schultz, director de crecimiento de Naturepedic, la firma que encargó el estudio.
“Está claro que despertarse con buen pie es más que una simple frase. Los rituales pueden variar, pero la relación entre un sueño saludable, una rutina constante y un día mejor es la misma en cualquier lugar del mundo”, agregó.