Salud

Estudio revelaría que las personas que se levantan más temprano estarían perdiendo más tiempo que aquellas que lo hacen más tarde

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¿Es el madrugador realmente más eficiente? Un estudio con más de 5.000 participantes sacude viejos mitos: quienes se despiertan tarde suelen enfocarse mejor en sus prioridades, mientras los amantes del amanecer caen en redes sociales o tareas triviales. La razón, según los investigadores, está en la percepción del tiempo. "Los madrugadores sienten que tienen un día largo por delante y procrastinan; quienes se levantan tarde actúan con urgencia", explica el equipo científico. Pero el debate no termina ahí: críticos señalan que el estudio ignora realidades laborales, como culturas empresariales centradas en horarios matutinos.

La discusión abre una ventana a un tema más profundo: el sueño como pilar invisible de la salud. Mientras el neurocientífico Merrill Mitler (NIH) advierte que "dormir menos de 7 horas convierte a una persona en un zombi funcional", el experto Michael Twery destaca que el sueño regenera desde el corazón hasta el sistema inmunológico. "Durante la noche, el cuerpo no descansa: repara células, equilibra hormonas y hasta define si una vacuna funcionará bien", detalla.

Los riesgos de ignorar el descanso son claros: falta de concentración, irritabilidad, mayor riesgo de depresión e incluso enfermedades crónicas como diabetes u obesidad. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, 70 millones de estadounidenses padecen trastornos como insomnio o apnea. "La luz de las pantallas y el estrés son enemigos silenciosos", agrega Twery.

¿La solución? Priorizar calidad sobre cantidad. Mitler insiste en que "no se trata de dormir 8 horas, sino de que sean reparadoras". Para lograrlo, recomienda rutinas nocturnas sin pantallas, evitar la cafeína tras el mediodía y técnicas de relajación. "Si el insomnio persiste, buscar ayuda profesional: las pastillas no son la respuesta mágica", advierte.

El estudio sobre productividad, aunque polémico, invita a reflexionar: quizás el éxito no dependa de despertar al amanecer, sino de entender cómo nuestro cuerpo y mente funcionan mejor. "Al final", concluye Twery, "el reloj biológico es único. Escucharlo podría ser la verdadera clave".