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Investigación revela que fármacos para perder peso también reducen riesgo cardiovascular

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Una investigación publicada en 'The Lancet' revela que la semaglutida reduce un 20% los eventos cardíacos graves, un beneficio que se mantiene sin importar cuánto peso pierda el paciente. Los hallazgo podrían transformar el acceso a estos medicamentos.

Los fármacos para la obesidad como Ozempic y Wegovy ejercen un efecto protector directo sobre la salud cardiovascular que es independiente de la pérdida de kilos que logren los pacientes, según concluye un innovador estudio publicado en la prestigiosa revista médica ’The Lancet'. La investigación sugiere que estos medicamentos deben ser considerados, ante todo, como terapias para el corazón.

El ensayo clínico, financiado por el laboratorio danés Novo Nordisk —fabricante de ambos fármacos—, demostró que los pacientes que recibieron inyecciones semanales de semaglutida sufrieron un 20% menos de infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares y otros episodios cardíacos graves. Lo más significativo es que este beneficio fue similar en personas con sobrepeso leve y en aquellas con obesidad más severa, y se mantuvo al margen de la cantidad de peso perdido.

"Estos resultados replantean lo que pensábamos que hacía esta medicación", afirmó el profesor John Deanfield, catedrático de cardiología del University College de Londres y uno de los autores principales del estudio. "Se etiqueta como un fármaco para perder peso, pero sus beneficios para el corazón no están directamente relacionados con la cantidad de peso perdido".

Metodología y hallazgos clave

El estudio analizó datos de más de 17.600 personas mayores de 45 años con sobrepeso y cardiopatías preexistentes, pero sin diabetes. Los participantes fueron asignados al azar para recibir semaglutida o un placebo.

Si bien se observó que una reducción en el perímetro de la cintura explicaba alrededor de un tercio de los beneficios cardíacos a los dos años —"la grasa abdominal es más peligrosa para la salud cardiovascular que el peso general", aclaró Deanfield—, el resultado global fue contundente: la mayor parte de la protección cardiovascular no guardó relación con el peso perdido en los primeros meses de tratamiento.

"No es necesario perder mucho peso ni tener un IMC elevado para obtener beneficios cardiovasculares", recalcó el investigador.

Mecanismos de acción y ampliación del acceso

Los científicos proponen que los fármacos de la clase GLP-1 (como la semaglutida) actúan a través de múltiples vías para proteger el corazón: reducen la inflamación, mejoran el control de la presión arterial, disminuyen el colesterol y otros lípidos en sangre, y favorecen la salud de los vasos sanguíneos.

A la luz de estos hallazgos, Deanfield abogó por ampliar el acceso a la semaglutida, evitando restringir su prescripción solo a los pacientes con obesidad mórbida o por periodos limitados. "Los resultados respaldan los esfuerzos por ampliar el acceso", afirmó.

Una nota de cautela: los efectos secundarios

El estudio no olvida los riesgos. Deanfield advirtió que, dada la potencial ampliación de la población que podría beneficiarse, "las investigaciones sobre los efectos secundarios adquieren especial importancia". Los más comunes son molestias gastrointestinales, como náuseas, diarrea y vómitos, que suelen ser manejables pero pueden afectar la calidad de vida de algunos pacientes.