La Junta de Libertad Condicional de California negó este viernes la petición de libertad a Lyle Menéndez, condenado junto a su hermano Erik por el asesinato de sus padres en 1989, en un caso que marcó a la opinión pública estadounidense por su brutalidad y el impacto mediático que generó.
El jueves, la misma junta ya había rechazado la solicitud de Erik Menéndez, cerrando así una semana decisiva para ambos. La decisión representa un nuevo revés en los intentos de los hermanos por salir de prisión tras más de tres décadas encarcelados.
Durante la audiencia virtual, en la que participaron representantes de la Fiscalía de Distrito de Los Ángeles, Lyle Menéndez y familiares de las víctimas, la comisionada Julie Garland explicó que el recluso debía “seguir demostrando con hechos” los cambios que ha mostrado al dirigir programas de apoyo a otros internos.
A pesar de este fallo, los hermanos mantienen la esperanza de recuperar la libertad. Lyle y Erik impulsan por separado solicitudes de indulto y un nuevo juicio, mientras que la defensa ha puesto sus expectativas en la facultad que tiene el gobernador de California, Gavin Newsom, de revertir las decisiones de la junta en circunstancias excepcionales.
Los Menéndez fueron condenados a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional tras asesinar a sus padres, José y Kitty Menéndez, en su mansión de Beverly Hills en 1989. El caso adquirió notoriedad mundial, generando intensos debates sobre la violencia intrafamiliar, los privilegios económicos y el sistema judicial estadounidense.
