Pekín acusó este martes al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, de "echar leña al fuego" en el actual conflicto entre Israel e Irán, al referirse a una publicación en redes sociales en la que instaba a los ciudadanos de Teherán a abandonar la ciudad.
El portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Guo Jiakun, afirmó que las amenazas y presiones solo contribuirán a escalar la crisis. “Hacemos un llamado a todas las partes a tomar medidas inmediatas para reducir la tensión”, declaró en rueda de prensa.
Aunque Estados Unidos es el principal aliado de Israel, China mantiene estrechos vínculos con Irán, lo que influye en su posicionamiento ante el conflicto.
En entrevista con Deutsche Welle, William Figueroa, especialista en relaciones China-Oriente Medio de la Universidad de Groninga (Países Bajos), explicó que la postura de Pekín es coherente con su enfoque en la región: evitar confrontaciones, promover el diálogo y, en gran medida, responsabilizar a Israel por la escalada.
China ha respaldado el derecho de Irán a defenderse y tomar represalias, aunque sin involucrarse activamente. Según Figueroa, Pekín no ve el conflicto como un terreno donde tenga capacidad real de influencia, ya que carece de presencia militar y no es un actor de seguridad dominante en la zona. Su fortaleza sigue siendo económica y diplomática, como lo demostró en la reconciliación entre Arabia Saudí e Irán en 2023.
Sobre la posibilidad de una mediación, Figueroa señaló que China prefiere facilitar diálogos que surjan desde la región, evitando intervenciones que le resulten políticamente costosas. En este contexto, no considera probable una participación directa de Pekín entre Irán e Israel.
En cuanto al impacto energético, el analista minimizó el riesgo inmediato para China, que actualmente obtiene su mayor suministro de petróleo de Rusia y mantiene reservas estratégicas. Irán representa cerca del 10 % de sus importaciones, por lo que una interrupción sería manejable.
Finalmente, Figueroa indicó que una implicación prolongada de Estados Unidos en este conflicto podría ser vista como ventajosa para China, ya que desviaría recursos y atención estratégica de Washington. No obstante, subrayó que Pekín no favorecería un colapso del régimen iraní, pues se opone a los vacíos de poder y prefiere trabajar con autoridades estables, sean cuales sean.
