La defensa legal del empresario Antonio Espaillat, propietario del centro de entretenimiento Jet Set, manifestó este jueves que su cliente se encuentra en condiciones de enfrentar en libertad el proceso judicial que se sigue en su contra por el colapso del techo del establecimiento ocurrido la madrugada del 8 de abril, hecho que dejó un saldo trágico de 236 personas fallecidas y más de 180 heridas.
Tras más de ocho horas de interrogatorio en la Procuraduría General de la República, el abogado Miguel Valerio aseguró que su defendido no representa riesgo de fuga, por lo que consideran que una medida de coerción en forma de prisión preventiva no sería procedente.
“Antonio Espaillat ha estado colaborando desde el primer momento. Se presentó de manera voluntaria, permanece en el país y siempre ha estado localizable. No hay peligro de fuga ni intención de obstruir el proceso”, indicó Valerio, quien además sostuvo que la fase investigativa está prácticamente agotada.
En relación con las declaraciones ofrecidas por Gregory Adames, exempleado del establecimiento, quien afirmó haber advertido previamente sobre el deterioro estructural del techo, el abogado Valerio dijo que la defensa cuenta con elementos para refutar dichas alegaciones. “Tenemos nuestra versión de los hechos, y será el proceso judicial el que determine lo ocurrido con base en las pruebas”, puntualizó.
Tanto Antonio como su hermana, Maribel Espaillat —quien fungía como administradora del lugar— fueron detenidos por disposición del Ministerio Público, que les imputa el delito de homicidio involuntario.
En ese sentido, el jurista indicó que la defensa reconoce la calificación jurídica del caso y reiteró que no hubo intención dolosa. “Maribel estaba en el lugar durante los hechos. Nadie esperaba una tragedia así. Muchas familias afectadas incluso se han acercado a expresar su solidaridad con la familia Espaillat, que siempre ha sido reconocida por su humanidad y compromiso con su entorno”, declaró Valerio.
Según el Ministerio Público, los imputados habrían incurrido en negligencia al no tomar medidas preventivas que pudieron evitar el colapso del techo de la discoteca, lo que derivó en la lamentable pérdida de vidas humanas y un elevado número de lesionados.