Donald Trump dio un paso audaz en la crisis ucraniana al proponer un alto el fuego incondicional de 30 días entre Rusia y Ucrania, una iniciativa que surge tras su conversación telefónica con el presidente Volodímir Zelenski y en medio de la breve tregua de tres días anunciada por Moscú.
"Las conversaciones continúan. Estados Unidos exige, idealmente, un alto el fuego incondicional de 30 días", escribió Trump en Truth Social, añadiendo una advertencia clara: si alguna de las partes rechaza la propuesta, Washington y sus aliados responderán con nuevas sanciones.
La llamada con Zelenski parece haber sido productiva. El líder ucraniano expresó su disposición inmediata para cesar las hostilidades y abrir el diálogo "en cualquier formato", dejando la pelota en el tejado del Kremlin: "Esperamos que Rusia apoye esta propuesta".
Este movimiento diplomático llega en un momento simbólico, coincidiendo con las conmemoraciones del 80 aniversario de la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial. La tregua de tres días anunciada por Rusia para esta ocasión ha sido considerada insuficiente tanto por Kiev como por Washington, y según fuentes ucranianas, ya ha sido violada.
Trump, fiel a su estilo directo, insistió en que "todo puede lograrse muy rápidamente" si existe voluntad política real. Ambos mandatarios acordaron mantener comunicación constante para avanzar hacia el fin de un conflicto que ya se extiende por más de dos años y ha transformado el panorama geopolítico europeo.
Esta propuesta podría representar el primer intento serio de la administración Trump por establecer un marco para negociaciones más amplias, posicionando a Estados Unidos como mediador activo en la búsqueda de una "paz duradera", como el propio presidente estadounidense ha prometido.