La escalada del conflicto entre Israel e Irán alcanzó un nuevo punto crítico este miércoles, tras las declaraciones del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien exigió la rendición incondicional del régimen iraní en medio de intensos ataques aéreos israelíes sobre instalaciones militares y nucleares en Teherán.
Según informes, Trump estaría considerando seriamente una intervención militar directa de Estados Unidos, que podría incluir ataques a las instalaciones de enriquecimiento de uranio de Irán, como respuesta a la creciente tensión en Medio Oriente. El exmandatario, que ya ha sido informado por altos mandos de seguridad nacional, aún no ha tomado una decisión definitiva, aunque dejó entrever su postura al declarar que Irán debe “rendir cuentas” y que “nadie sabe lo que voy a hacer”.
Mientras tanto, la Fuerza Aérea israelí bombardeó durante la noche del martes una instalación clave de enriquecimiento de uranio y varios sitios de producción de misiles en Teherán, según confirmaron las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Las explosiones sacudieron la capital iraní, generando una ola de pánico, tráfico colapsado, y largas filas en las estaciones de servicio por parte de residentes que intentaban salir de la ciudad.
Ante la posibilidad de una intervención militar estadounidense, el líder supremo iraní, ayatolá Ali Jamenei, advirtió a Washington que cualquier participación directa traerá consigo “daños irreversibles”. La declaración fue respaldada por un comunicado de la misión iraní ante la ONU, única representación diplomática del país en suelo estadounidense, donde se calificó a Trump como “mentiroso y cobarde” por haber amenazado directamente al líder religioso.
“La única cosa más despreciable que sus mentiras es su cobarde amenaza de ‘eliminar’ al líder supremo iraní”, publicó la misión iraní en su cuenta oficial de X, en lo que fue interpretado como un mensaje directo al expresidente.
Un conflicto que amenaza con desbordarse
Este nuevo capítulo se da en el contexto del sexto día de enfrentamientos entre Israel e Irán, que según analistas internacionales representa la confrontación más intensa entre ambas naciones en la historia reciente. Las hostilidades, que comenzaron con un ataque preventivo de Israel, ya han dejado más de 220 muertos en Irán y 24 fallecidos en Israel, además de cientos de heridos.
En el plano diplomático, la comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos. Mientras algunos sectores en Washington apoyan las acciones de Israel, otros congresistas han manifestado preocupación por una posible intervención de Estados Unidos, advirtiendo que podría encender un conflicto de escala regional o incluso global.