El presidente Donald Trump saludó la decisión de ABC de suspender el programa nocturno de Jimmy Kimmel, luego de que el comediante realizara comentarios sobre el asesinato del activista conservador Charlie Kirk que fueron considerados ofensivos por sectores del movimiento MAGA.
En un mensaje publicado en su plataforma Truth Social, Trump expresó: “Felicitaciones a ABC por finalmente tener el coraje de hacer lo que tenía que hacerse”.
Desde que asumió en enero, Trump ha mantenido una relación tensa con algunos sectores de la prensa y el entretenimiento, que a menudo lo critican en sus coberturas o rutinas de sátira política. El caso de Kimmel se suma a la cancelación del programa de Stephen Colbert en CBS, ocurrida semanas atrás tras comentarios similares.
Reacciones y análisis
La suspensión de dos de los principales comediantes nocturnos en tan corto tiempo ha despertado debate en torno a los límites entre libertad de expresión, responsabilidad editorial y respeto hacia las audiencias.
Analistas señalan que las decisiones de las cadenas reflejan también un panorama cambiante en la relación entre la política y los medios, donde la presión pública y la sensibilidad de los contenidos juegan un papel cada vez más decisivo.
Un tema en evolución
Aunque el presidente Trump celebró ambas decisiones, las cadenas insisten en que responden a criterios internos y no a presiones externas. La situación ha puesto nuevamente en primer plano el papel de los medios de entretenimiento en la vida política de Estados Unidos, en un momento en el que el debate público se desarrolla tanto en escenarios tradicionales como en redes sociales.
