Economía

Tesla reporta caída del 16 % en sus beneficios y enfrenta presión global por boicots

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Tesla registró una disminución del 16 % en sus beneficios netos durante el segundo trimestre del año, al alcanzar los 1.172 millones de dólares, en medio de una contracción general de su negocio automotriz y un entorno comercial más desafiante.

En su reporte trimestral, la compañía informó que los ingresos provenientes de la venta de vehículos se redujeron a 16.661 millones de dólares, mientras que los ingresos totales —que abarcan también almacenamiento de energía y otros servicios— sumaron 22.496 millones, lo que representa una caída interanual del 12 %.

El EBITDA ajustado de Tesla también reflejó un descenso del 7 %, situándose en 3.401 millones de dólares, con un margen operativo del 15,1 %. Los gastos operativos bajaron un 1 %, alcanzando los 2.955 millones en el período.

En julio, la empresa había adelantado una reducción del 13 % en sus ventas trimestrales, con 384.122 vehículos entregados y una producción total de 410.244 unidades. Aunque las cifras de ventas no cumplieron las expectativas del mercado, el volumen de producción superó las previsiones.

Tesla describió este trimestre como un “punto de inflexión”, marcando el inicio de su transición hacia nuevos sectores estratégicos como la inteligencia artificial, la robótica y los servicios de movilidad autónoma. La expansión de su programa de robotaxis en Austin (Texas) forma parte de esta estrategia de diversificación.

“A pesar de la volatilidad macroeconómica, la incertidumbre fiscal y las tensiones geopolíticas, seguimos comprometidos con inversiones intensivas en capital e innovación tecnológica”, afirmó la compañía en su comunicado.

Sin embargo, la empresa de Elon Musk enfrenta vientos en contra. En el trimestre anterior, el beneficio neto ya había caído un 71 %, hasta los 409 millones de dólares. Este año, Tesla ha sido objeto de protestas y boicots tanto en Europa como en América del Norte, en parte por la exposición política de su director ejecutivo.

Musk, quien hasta mayo encabezó el controvertido Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) en EE.UU., ha estado en el centro de la polémica por sus vínculos con el expresidente Donald Trump y por declaraciones que han sido interpretadas como apoyo a grupos de extrema derecha, lo que ha impactado negativamente en la imagen de Tesla.

Además, la creciente competencia en mercados clave como China, Europa y Estados Unidos, junto con la falta de un modelo de bajo costo —anunciado por Musk pero aún sin fecha concreta—, han generado escepticismo entre inversores y analistas.

Tesla se enfrenta, por tanto, al reto de defender su liderazgo tecnológico mientras intenta estabilizar sus finanzas, diversificar su portafolio de productos y recomponer su imagen pública en un entorno cada vez más exigente.