El presidente ruso, Vladimir Putin, se ofreció como mediador para buscar una salida diplomática al creciente conflicto entre Irán e Israel, mientras su gobierno continúa intensificando los ataques contra objetivos civiles y militares en Ucrania.
Durante una rueda de prensa internacional celebrada en San Petersburgo, Putin afirmó que Rusia ha compartido con Irán, Israel y Estados Unidos una propuesta orientada a alcanzar un acuerdo que permita a Teherán mantener un programa nuclear con fines pacíficos, al tiempo que se atienden las preocupaciones de seguridad del Estado israelí. “No estamos imponiendo nada, simplemente presentamos una visión de salida. La decisión final, naturalmente, corresponde a los líderes políticos de los países implicados”, sostuvo el mandatario.
La oferta de Moscú se da en medio del séptimo día de intensos enfrentamientos entre Israel e Irán, que ha incluido ataques directos contra infraestructura nuclear y centros médicos, como el hospital Soroka de Beersheba, alcanzado por misiles iraníes. Los ataques de represalia israelíes han causado centenares de muertes en Irán, incluyendo altos mandos militares.
El expresidente estadounidense Donald Trump, que ha mantenido una posición ambigua sobre una eventual participación militar en el conflicto, desestimó la propuesta rusa y acusó a Putin de desviar la atención de la guerra que libra en Ucrania. “Debería enfocarse en su propia invasión ilegal antes de intentar mediar en la de otros”, expresó un portavoz republicano.
Mientras tanto, el Kremlin continúa su ofensiva contra Ucrania. Este miércoles, los servicios de emergencia en Kiev confirmaron la recuperación de más cadáveres tras un bombardeo ruso que destruyó un edificio residencial de nueve plantas, elevando la cifra de muertos a 28. Las autoridades ucranianas denunciaron ataques sistemáticos a zonas pobladas, lo que ha sido condenado por organismos internacionales como el Consejo de Europa y la OSCE.
En un giro geopolítico significativo, Putin y el presidente chino Xi Jinping sostuvieron una conversación telefónica en la que ambos condenaron los bombardeos israelíes sobre Irán, calificándolos como “violaciones del derecho internacional”, y urgieron una resolución diplomática inmediata. Rusia, que históricamente ha mantenido relaciones con ambas partes, firmó este año un acuerdo estratégico con Teherán, lo que complica aún más su posición como actor neutral.
