El ultraderechista Reagrupamiento Nacional (RN) ha anunciado movilizaciones en las calles de Francia para protestar contra la sentencia que condena a Marine Le Pen a cuatro años de prisión y cinco de inhabilitación política, mientras el Tribunal de Apelación de París confirma que resolverá los recursos presentados previsiblemente en verano de 2026, unos diez meses antes de las elecciones presidenciales.
Llamamiento a la movilización "pacífica"
Jordan Bardella, presidente del partido y delfín político de Le Pen, anunció este martes que la primera manifestación tendrá lugar el próximo domingo en el centro de París. "Vamos a convocar este fin de semana movilizaciones y protestas pacíficas y serenas", declaró durante una entrevista en la cadena conservadora CNews, donde llamó a los franceses a "indignarse" por la sentencia.
El partido se enfrenta al delicado equilibrio de movilizar a sus bases sin que las protestas deriven en desórdenes públicos que perjudiquen su imagen de formación defensora de "la ley y el orden". Consciente de este riesgo, Bardella se apresuró a matizar: "No hago un llamamiento a actos que podrían servir de argumentario a nuestros adversarios. Condeno con gran firmeza las amenazas que han sido proferidas a los magistrados."
El fantasma del asalto al Capitolio estadounidense del 6 de enero de 2021 planea sobre estas convocatorias, con el partido intentando distanciarse explícitamente de cualquier forma de violencia.
Le Pen se presenta como víctima del "sistema"
La líder de la extrema derecha francesa ha optado por una estrategia de confrontación directa tras el revés judicial, presentándose como víctima de una persecución política. Durante una reunión con sus diputados en la Asamblea Nacional, que permitió la entrada de cámaras de televisión, Le Pen declaró: "Si los jueces y magistrados deciden quién puede presentarse a unas elecciones y a quién pueden votar los franceses, entonces no estamos en una democracia."
"El sistema ha lanzado la bomba nuclear", afirmó, sugiriendo que la sentencia responde al temor de su inminente victoria electoral: "Si lo ha hecho es evidentemente porque estamos a punto de ganar las elecciones."
En un intento de internacionalizar su causa, Le Pen comparó su situación con la de opositores políticos en regímenes autoritarios: "¿Cómo podrán defender al señor Navalni? ¿Cómo podrán defender al principal opositor del señor Erdogan, que actualmente está encarcelado?", cuestionó, calificando la sentencia como "un escándalo democrático de tal magnitud" y "una verdadera vergüenza para nuestro país".
El tribunal aclara el proceso de apelación
Mientras el RN intensificaba su retórica, el Tribunal de Apelación de París emitió un comunicado confirmando la recepción de "tres apelaciones presentadas contra la decisión dictada el 31 de marzo por el Tribunal Judicial de París". La instancia judicial afirmó que "examinará este caso en un plazo que debería permitir emitir una decisión en el verano de 2026″.
Esta aclaración sobre el calendario judicial podría desarmar parcialmente la estrategia de Le Pen, ya que tendría un veredicto definitivo aproximadamente diez meses antes de las elecciones presidenciales de 2027, permitiéndole conocer si puede o no presentarse como candidata.
División en la clase política francesa
La sentencia ha provocado reacciones dispares entre la clase política francesa. El primer ministro François Bayrou, en una línea de equilibrio, expresó ciertos reparos sobre la aplicación inmediata de la inhabilitación, sugiriendo que debería ser "objeto de reflexión por parte del Parlamento", aunque posteriormente reafirmó su apoyo a la independencia judicial.
El ministro de Justicia, Gérald Darmanin, manifestó su esperanza de que el recurso se resuelva lo más rápidamente posible para determinar si Le Pen puede presentarse a las elecciones de 2027.
En contraste con estas posiciones matizadas, el fiscal jefe del Tribunal de Casación, Rémy Heitz, defendió categóricamente la sentencia frente a las acusaciones de motivación política: "La justicia no es política. Esta decisión no ha sido política", afirmó en una entrevista con la emisora RTL.
La evolución de este caso judicial y su repercusión en las calles marcará sin duda el panorama político francés en los próximos meses, con importantes implicaciones para el futuro de la extrema derecha y el sistema democrático del país.