La Asamblea Consultiva Islámica de Irán ha aprobado una recomendación para cerrar el estratégico Estrecho de Ormuz, como respuesta a los recientes ataques militares de Estados Unidos contra instalaciones nucleares iraníes, según confirmó este domingo el general Esmaeil Kousari, miembro de la Comisión de Seguridad Nacional del Parlamento.
Esta vía de navegación, por la que circula el 20 % del petróleo mundial, requerirá la aprobación final del Consejo Supremo de Seguridad Nacional y, subsecuentemente, del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei
Implicaciones económicas y geopolíticas
- El cierre del estrecho podría disparar el precio del crudo Brent por encima de los 120 USD, con potencial de escalar hasta los 150 USD por barril, según analistas de ING Research
- Wall Street Journal y The Guardian advierten que, aunque aún es un movimiento de presión, un cierre real podría causar una “catástrofe económica global”, encarecer los seguros navales, y amenazar un conflicto militar con la presencia de buques de EE. UU. y la OTAN en la región
- El Departamento de Estado de EE. UU., representado por Marco Rubio, ha calificado el cierre como “suicidio económico” para Irán y solicita la intervención diplomática de China para evitarlo.
Riesgo de escalada militar
Irán ha reforzado su capacidad militar en la zona, incluyendo minas navales y patrullas de embarcaciones rápidas, lo que podría complicar aún más el tráfico marítimo . Estados Unidos ha reforzado su presencia naval con armas y buques de guerra cerca del Golfo en respuesta .
Hasta ahora, el tránsito de barcos continúa con normalidad, pero con controles operativos y una vigilancia más estrecha .
Resumen: El Parlamento iraní ha aprobado cerrar el Estrecho de Ormuz como medida de presión tras los ataques de Estados Unidos a sus instalaciones nucleares. Aunque la decisión final depende del Consejo Supremo de Seguridad y del ayatolá Jamenei, la sola posibilidad ha dejado al mundo en alerta: el paso es clave para el crudo global, y su cierre podría desestabilizar los mercados energéticos y precipitar una escalada militar. Las potencias internacionales, especialmente China y EE. UU., ya se posicionan ante un escenario de posible crisis global.
