La parálisis presupuestaria en Estados Unidos dejó este miércoles una estampa amarga en Washington: un grupo de niños de 10 y 11 años vio cancelado su recorrido por el Congreso y fue recibido con carteles de cierre en los accesos al Capitolio.
El bloqueo, iniciado a medianoche tras el fracaso de las negociaciones en el Congreso, obligó a suspender actividades en departamentos y agencias federales, dejando a cientos de empleados en casa y clausurando lugares icónicos como el Monumento a Washington.
Algunos sitios, como los museos del Instituto Smithsonian y el Zoológico Nacional, seguirán abiertos solo hasta el lunes gracias a fondos remanentes.
La frustración fue compartida por turistas de todo el mundo. Martine Ruaud, visitante de Francia, lamentó: “Es una pena que el país se cierre a sí mismo. Hay tanto por ver”.
No es la primera vez que ocurre: Washington conoce bien los “shutdowns”, aunque este es el primero desde el récord de 35 días en 2019, durante la presidencia de Donald Trump.
El actual cierre se produce en medio de la pugna entre republicanos y demócratas por el presupuesto federal, en especial por los subsidios de salud que la oposición busca reincorporar.
Para muchos visitantes, la lección fue amarga. “Nuestro gobierno debería aprender a trabajar unido por el pueblo”, expresó Terese Johnston, llegada desde California.