La directora regional de ONU Mujeres para el Este y el Sur de África, Anna Mutavati, advirtió que existen "crecientes evidencias" de que las violaciones a mujeres se están utilizando de manera "deliberada y sistemática" como arma de guerra en Sudán, en el marco de un conflicto que ha convertido al país en "la crisis más extrema del mundo para mujeres y niñas".
Impacto desproporcionado sobre mujeres y niñas
- Violencia sexual: Utilizada como táctica de guerra en regiones asediadas como Darfur y Kordofán, donde mujeres que buscan alimento enfrentan secuestros y agresiones.
- Inseguridad alimentaria: Casi 11 millones de mujeres y niñas sufren hambre severa, siendo el género un "fuerte indicador de vulnerabilidad".
- Salud catastrófica: En Al Fasher, mujeres dan a luz en las calles; en Darfur, se reportan 28% de embarazos de alto riesgo y 45% de abortos.
- Pobreza menstrual: Un paquete de compresas cuesta $27 dólares, inalcanzable para familias con ingresos promedio de $150 mensuales.
Llamado a la acción internacional
Mutavati exigió:
- Alto el fuego efectivo y apertura total de rutas humanitarias.
- Apoyo urgente a cocinas comunitarias, "salvavidas para miles de familias".
- Enfoque de género en la ayuda, priorizando protección, salud sexual y recursos económicos para mujeres.
La crisis sudanesa refleja una destrucción calculada de los derechos femeninos, donde la guerra no solo se libra en el campo de batalla, sino sobre los cuerpos y vidas de las mujeres.