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Ola de calor en Escandinavia fue 2°C más intensa y 10 veces más probable por el cambio climático, según estudio

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El cambio climático provocado por la acción humana intensificó la ola de calor que azotó a Noruega, Suecia y Finlandia el pasado mes de julio, haciéndola al menos 10 veces más probable y 2°C más cálida de lo que hubiera sido en un mundo sin calentamiento global. Así lo concluye un análisis del grupo científico World Weather Attribution (WWA).

Durante dos semanas, temperaturas superiores a los 30°C se registraron de forma inusual en los países nórdicos. En Finlandia, se vivieron 22 días consecutivos con calor extremo, la ola más larga jamás documentada en el país. En la parte noruega del círculo polar ártico, una estación meteorológica reportó 13 días de julio con temperaturas superiores a 30°C.

Impactos en la salud y el medioambiente

El calor prolongado provocó la saturación de hospitales, incendios forestales, proliferación de algas tóxicas y un aumento de los ahogamientos. Investigadores advierten que la ola de calor pudo haber causado cientos de muertes relacionadas con el calor, comparables con las 750 muertes en exceso registradas durante la ola de calor de 2018 en Suecia.

Los efectos también alcanzaron a la fauna. Pastores indígenas sami denunciaron que los renos se desplazaron hacia las ciudades en busca de sombra, amenazando con la pérdida de animales clave para su subsistencia ancestral.

El riesgo a futuro

Según el estudio, eventos similares, que antes eran extremadamente raros, ahora ocurren aproximadamente cada 50 añoscon el nivel actual de calentamiento global (1,3°C). Si la temperatura media mundial llega a aumentar 2,6°C hacia finales de siglo, estas olas de calor serán cinco veces más frecuentes y hasta 1,4°C más intensas que las actuales.

“Este episodio debe tomarse como otro recordatorio de que ningún país está a salvo del cambio climático”, advirtió Friederike Otto, catedrática de Ciencias del Clima del Imperial College de Londres y autora del estudio.

Por su parte, la investigadora Clair Barnes calificó la ola de calor como “altamente preocupante”, destacando que incluso en países tradicionalmente fríos, la crisis climática está alterando infraestructuras, sistemas de salud y la vida cotidiana de la población.

Preparación insuficiente

Aunque desde 2018 se han realizado algunos avances en adaptación y preparación, expertos coinciden en que las infraestructuras y servicios de salud en los países nórdicos aún no están diseñados para soportar temperaturas extremas.

“Contamos con una población cada vez más envejecida, más vulnerable al calor peligroso, y nuestras infraestructuras no se construyeron para soportar estas condiciones”, señaló Maja Vahlberg, consultora climática de la Cruz Roja Sueca.