La Península Ibérica enfrenta una de sus peores crisis medioambientales en décadas. Los incendios forestales, alimentados por una ola de calor extrema que mantiene temperaturas de hasta 44ºC, han obligado a evacuar a cientos de personas y movilizado a decenas de miles de efectivos en España y Portugal.
En España, el presidente Pedro Sánchez visitó este sábado las zonas más castigadas en Orense y León, acompañado por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Sánchez calificó la situación de “crítica” y anunció el refuerzo inmediato de 500 militares en las labores de extinción. El mandatario adelantó además que propondrá un pacto de Estado para adaptar al país al cambio climático, tras señalar que se trata de “probablemente la mayor movilización europea de protección civil de la historia”.
Según datos oficiales, más de 115.000 hectáreas han sido devoradas por las llamas, de las cuales cerca de 50.000 corresponden a Galicia, con Orense como la provincia más afectada. En Salamanca, alrededor de 575 vecinos fueron evacuados de varias localidades ante el avance del fuego. En total, 13.600 efectivos, entre Fuerzas de Seguridad y brigadas forestales, trabajan a contrarreloj.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) advirtió que la ola de calor se mantendrá al menos hasta el lunes, con temperaturas que podrían superar los 44ºC en zonas críticas.
En Portugal, más de 3.200 bomberos luchan contra nueve grandes incendios, principalmente en los municipios de Arganil y Sátão. El Gobierno luso confirmó la muerte de al menos una persona y varios heridos. Desde julio, el país ha visto arrasadas unas 139.000 hectáreas —17 veces más que en el mismo periodo de 2024—, casi la mitad consumidas en solo dos días de esta semana.
El Ejecutivo de António Costa solicitó apoyo al Mecanismo Europeo de Protección Civil y espera la llegada de aviones especializados Fire Boss el lunes para reforzar las operaciones. El estado de alerta por riesgo extremo de incendios sigue vigente en gran parte del territorio.
La magnitud de la catástrofe coloca a la Península Ibérica en el epicentro de la crisis climática europea, mientras las autoridades advierten que los próximos días serán decisivos para frenar el avance del fuego.