Javier Milei, presidente de Argentina, irrumpió en el Foro Económico Mundial de Davos con un discurso que fusionó consignas libertarias, ataques frontales a movimientos progresistas y una provocadora propuesta: crear una "alianza internacional de derecha" junto a figuras como Donald Trump, Nayib Bukele, Viktor Orbán y Elon Musk para combatir lo que llamó "el virus mental del wokismo". Su intervención, cargada de polémicas afirmaciones sobre feminismo, ideología de género e inmigración, dividió al auditorio entre ovaciones de simpatizantes y un silencio incómodo de líderes empresariales y diplomáticos.
La alianza de los "libres vs. los woke"
Milei enumeró a sus socios ideales en esta cruzada: desde la primera ministra italiana Giorgia Meloni —por su firmeza antiinmigración— hasta el presidente estadounidense Donald Trump, a quien vinculó con un supuesto "renacer de Occidente". Incluyó incluso al CEO de Tesla, Elon Musk, defendiéndolo de acusaciones de simpatías nazis: "Es un genio incomprendido, no un villano". Su mensaje central fue un llamado a desmantelar políticas progresistas: "El socialismo, el ecologismo radical y la agenda LGBTIQ+ son cánceres que destruyen la libertad".
El ataque a la "ideología de género": mitos vs. datos
El mandatario argentino cargó contra la comunidad transgénero con afirmaciones sin sustento: "En su versión extrema, la ideología de género es abuso infantil. Hay niños de cinco años mutilados", declaró, pese a que en Argentina los tratamientos hormonales para menores de edad están prohibidos antes de los 16 años. Citó además el caso de la boxeadora argelina Imane Khelif —una mujer cisgénero difamada en redes durante los Juegos Olímpicos de París 2024— para cuestionar la inclusión de atletas trans: "Nadie dice nada cuando un hombre disfrazado de mujer mata en el ring". Organizaciones LGBT+ calificaron sus declaraciones como "discurso de odio con megáfono global".
Feminicidio y brecha salarial: "Búsqueda de privilegios"
Milei tildó al feminismo de "radical" y negó la existencia de la brecha salarial de género ("los hombres eligen trabajos mejor pagados"), ignorando datos del INDEC argentino que revelan un 25% de diferencia en iguales roles. Cuestionó incluso las leyes contra el feminicidio: "¿Por qué la vida de una mujer vale más que la de un hombre?", preguntó, omitiendo que este delito solo aplica cuando el género es factor en el crimen, como en casos de violencia machista.
Inmigración: "Suicidio en masa" y la paradoja histórica
Aunque reconoció que países como Argentina y EE.UU. se construyeron con migración, la tildó de "colonización inversa" impulsada por "culpa occidental": "Abren fronteras para redimirse de pecados históricos, pero es un suicidio". Analistas señalan aquí una contradicción: su gobierno recibió críticas en 2024 por facilitar visas a ciudadanos de países con crisis autoritarias, como Venezuela y Nicaragua.
Ecologismo: "Un crimen contra el desarrollo"
El presidente arremetió contra el "ecologismo siniestro", acusando a activistas de tratar a la humanidad como "un cáncer". Sus palabras contrastan con la realidad argentina: en 2024, el país sufrió pérdidas del 3% de su PIB por sequías vinculadas al cambio climático, según la Bolsa de Comercio de Rosario.
Reacciones: ¿provocación o estrategia?
Mientras grupos conservadores como Vox España celebraron su discurso ("Es la voz de la libertad"), organizaciones como Amnistía Internacional lo acusaron de "normalizar el odio". Greta Thunberg reaccionó en redes: "Davos 2025 será recordado como el día en que un presidente comparó salvar el planeta con un crimen". En el plano político, su omisión de aliados regionales como el chileno José Antonio Kast generó rumores de fisuras en la derecha latinoamericana.
¿Qué busca Milei?
Analistas apuntan a tres objetivos:
- Posicionarse como líder global antiestablishment, capitalizando el auge de derechas iliberales en Europa y EE.UU.
- Desviar atención de la crisis económica argentina, donde la inflación superó el 180% en 2024.
- Influir en elecciones clave, como la presidencial estadounidense de 2028, donde Trump figura como favorito.
La pregunta pendiente: ¿Su retórica incendiaría fortalece su imagen internacional o aisla a Argentina?