El Tribunal de París ha dictado este lunes una sentencia condenatoria contra Marine Le Pen, fundadora de Agrupación Nacional (AN), por malversación de fondos públicos europeos en banda organizada. La líder de la formación de extrema derecha francesa ha sido condenada a cuatro años de prisión, dos de ellos en firme, y cinco años de inhabilitación para ejercer cargos públicos con ejecución inmediata, además de una multa de 100.000 euros.
Detalles de la sentencia y cargos
El tribunal ha declarado a Le Pen y a ocho eurodiputados de su partido culpables de los delitos de abuso de confianza, ocultación, abuso de poder, utilización de documentos falsos, estafa cometida en banda organizada y malversación de fondos al Parlamento Europeo, por un montante global de 4,1 millones de euros.
La resolución judicial establece que los dos años de prisión firme podrán ser sustituidos por el uso obligatorio de un brazalete electrónico, evitando así su ingreso efectivo en prisión. Sin embargo, es la inhabilitación política de cinco años con carácter de ejecución inmediata la que representa un impacto más significativo para su carrera.
Además del caso de Le Pen, el tribunal ha condenado a Louis Aliot, alcalde de Perpiñán y exeurodiputado, a dieciocho meses de prisión, incluidos seis meses bajo vigilancia electrónica, y tres años de inelegibilidad sin ejecución provisional, "para preservar la libertad de los electores que eligieron a su alcalde". La propia formación política, Agrupación Nacional, ha sido multada con dos millones de euros, uno de ellos de pago inmediato.
El "sistema" de desvío de fondos
En su exposición, la presidenta del tribunal, Bénédicte de Perthuis, fue contundente: "Es una evidencia que se puso en marcha un sistema de malversación de fondos públicos europeos, utilizados para pagar a quienes trabajaban para el partido de Marine Le Pen. Y ella fue la principal responsable de la organización de ese sistema."
La magistrada aclaró que "no se juzga ninguna actividad política. El problema es el uso de dinero público europeo con fines personales". Según la sentencia, los asistentes parlamentarios personales de Le Pen costaron al Parlamento Europeo 474.000 euros.
El tribunal reconoció que no hubo enriquecimiento personal de Le Pen, pero sí de su partido, que estuvo funcionando durante varios años con dinero público europeo. La presidenta del tribunal también señaló que, aunque la sentencia iría "mucho más allá" de la audiencia judicial, habían procedido "jurídicamente, como es tradicional".
Impacto en el panorama político francés
Esta condena representa un severo revés para Le Pen, quien según diversos análisis políticos se perfilaba como una de las candidatas con mayores posibilidades de alcanzar la presidencia francesa en las elecciones de 2027. La inhabilitación con ejecución inmediata ha sido descrita como un "bombazo" político y un "torpedo" para su carrera.
Todo apunta a que, con esta pena de prisión y de inhabilitación, no será posible que se presente como candidata a la presidencia de la República en los próximos comicios, lo que podría suponer su "alejamiento" temporal o definitivo de las aspiraciones a la jefatura del Estado.
Reacciones internacionales
La sentencia ha provocado reacciones inmediatas en el ámbito internacional, especialmente entre líderes de formaciones afines. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, publicó un comunicado oficial afirmando que la justicia francesa "viola las normas democráticas" y que "las capitales europeas violan cada día más las normas democráticas".
Desde Hungría, el primer ministro Viktor Orbán reaccionó con un escueto pero significativo mensaje: "¡Yo también soy Marine!". Por su parte, el viceprimer ministro italiano, Matteo Salvini, calificó el fallo como "una declaración de guerra de Bruselas" y mostró su apoyo a Le Pen con un mensaje en el que afirmaba: "No nos dejaremos intimidar, no nos detendremos: ¡a toda máquina, amiga!".
Esta sentencia llega en un momento de creciente polarización política en Francia y Europa, y podría alterar significativamente el equilibrio de fuerzas en la extrema derecha francesa, obligando a Agrupación Nacional a reconfigurar su liderazgo y estrategia de cara a los próximos ciclos electorales.