La Comisión Europea presentó este viernes un nuevo paquete de sanciones contra Rusia que apunta a debilitar sus fuentes de financiación para la guerra en Ucrania. La propuesta, encabezada por la presidenta Ursula von der Leyen, incluye restricciones a bancos, plataformas de criptomonedas y la llamada flota fantasma de 118 embarcaciones que transportan petróleo ruso en mercados internacionales.
De ser aprobado por los Estados miembros, se trataría del 19º paquete de sanciones desde el inicio de la invasión en febrero de 2022. “Nuestro análisis económico es claro: nuestras sanciones están afectando severamente a la economía rusa. La economía sobrecalentada de Rusia está llegando a su límite”, aseguró Von der Leyen en un mensaje difundido en vídeo.
La medida más destacada es la aceleración del calendario para eliminar la dependencia europea de los combustibles fósiles rusos. En lugar de finales de 2027, Bruselas plantea que la prohibición total de importaciones de gas natural licuado (GNL) ruso entre en vigor el 1 de enero de 2027, un año antes de lo previsto. Además, se reforzará el control sobre refinerías, comerciantes y empresas petroquímicas que continúen adquiriendo petróleo ruso en violación de las sanciones.
El anuncio llega en medio de crecientes presiones de Washington. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha instado públicamente a los países europeos a cortar de inmediato los lazos energéticos con Moscú como condición para imponer sanciones más duras desde Estados Unidos. “La compra de petróleo ruso por algunos países ha sido impactante. Debilita enormemente su posición negociadora”, escribió en una carta abierta dirigida a la OTAN.
Hungría y Eslovaquia, que desde 2022 cuentan con una exención para seguir importando crudo a través del oleoducto Druzhba, se perfilan como los principales obstáculos a esta propuesta. Ambos gobiernos, críticos de las sanciones, han defendido su dependencia del petróleo ruso, aunque las nuevas exigencias de Trump los colocan bajo mayor presión política.
“La economía de guerra de Rusia se sostiene con los ingresos de los combustibles fósiles. Queremos cortar estos ingresos. Es hora de cerrar el grifo”, concluyó Von der Leyen.