Por primera vez en su historia, Japón ha llevado a cabo una prueba de misiles dentro de su propio territorio, como parte de su estrategia de disuasión ante el creciente poderío militar de China. El ejercicio, realizado este martes por las Fuerzas de Autodefensa de Tierra, se llevó a cabo en el campo de tiro antiaéreo de Shizunai, en la isla de Hokkaido, al norte del país.
Durante la operación, se probaron misiles de corto alcance Tipo-88 tierra-barco, con la participación de unos 300 soldados de la 1ª Brigada de Artillería. Los proyectiles fueron lanzados contra una embarcación no tripulada ubicada a 40 kilómetros de la costa.
Cambio estratégico en defensa
Tradicionalmente, Japón realizaba este tipo de pruebas en el extranjero —especialmente en Estados Unidos y Australia—, por lo que esta maniobra marca un giro significativo en su política de defensa. El gobierno japonés anunció además que tiene previsto desplegar misiles de crucero de largo alcance, incluidos Tomahawks, antes de que finalice el año.
Este cambio se enmarca en la decisión de Tokio de fortalecer su capacidad de contraataque en respuesta a la creciente amenaza regional. El Pentágono ha advertido que China ha incrementado su arsenal de misiles balísticos de medio alcance, capaces de alcanzar bases militares estadounidenses en suelo japonés.
Contexto regional tenso
La prueba de misiles ocurre en un contexto de alta tensión en Asia-Pacífico. Corea del Norte continúa con sus lanzamientos de misiles balísticos al Mar de Japón, mientras que China mantiene una actitud cada vez más agresiva en el mar de China Oriental y el estrecho de Taiwán.
En abril pasado, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y el primer ministro japonés, Shigeru Ishibia, se comprometieron a reforzar la cooperación militar entre Japón y los países aliados, como parte de un frente común ante las amenazas planteadas por China, Corea del Norte y Rusia.