El Ejército israelí mató este domingo a por lo menos 36 personas en una serie de bombardeos en distintas zonas de la Franja de Gaza, después de acusar a Hamás de haber violado el alto el fuego vigente desde el 10 de octubre. Los ataques se produjeron tras enfrentamientos con milicianos palestinos en los que murieron dos soldados israelíes.
De acuerdo con un recuento realizado por informadores gazatíes a partir de los datos de las morgues locales, la mayoría de las víctimas —unas 30— fueron trasladadas a los hospitales Al Awda y Mártires de Al Aqsa, ambos en el centro del enclave. Otros seis fallecidos fueron reportados en hospitales del norte y sur de Gaza.
Los bombardeos se concentraron principalmente en la zona central, en localidades como Deir al Balah y Nuseirat. En esta última, un ataque alcanzó un edificio utilizado como base de la Policía gazatí, dejando tres muertos, mientras que otro impacto destruyó tiendas de desplazados en el oeste, causando seis fallecimientos adicionales.
En Zuwaida, una explosión afectó un chalet donde operaba Palestinian Media Production, empresa que colabora con medios internacionales como Al Jazeera. Murieron un técnico y Ammar Al Zaaneen, hijo del periodista Mohammed Al Zaaneen.
También se reportaron víctimas en Yabalia (norte) y en la zona costera de Mawasi, donde una mujer y dos niños perdieron la vida.
El portavoz de Defensa Civil de Gaza, Mahmud Basal, denunció que Israel continúa “con su estrategia de matar y atacar claramente a civiles en la Franja”.
Los ataques siguieron a una escaramuza en Rafah, sur del territorio, donde combatientes presuntamente vinculados a la Policía del Gobierno de Hamás abrieron fuego contra tropas israelíes. Aunque Hamás negó su implicación, el primer ministro Benjamín Netanyahu ordenó bombardear “enérgicamente infraestructuras terroristas” en represalia.
Tras las operaciones, el Ejército israelí aseguró haber “reanudado la aplicación del alto el fuego” la noche del domingo, advirtiendo que responderá “con firmeza” a cualquier nueva violación.