En respuesta directa a los bombardeos de Estados Unidos contra tres de sus instalaciones nucleares, Irán lanzó este lunes una serie de misiles balísticos contra la base aérea de Al Udeid en Qatar y la base de Ain al-Assad en el oeste de Irak, ambas con presencia militar estadounidense.
Según reportes, el ataque fue precedido por el cierre del espacio aéreo qatarí, como medida preventiva ante amenazas de Teherán. Testigos en Doha informaron haber observado misiles sobrevolando la ciudad y escuchado explosiones, aunque no se reportaron víctimas fatales ni daños significativos.
La televisión estatal iraní calificó la operación como una “respuesta poderosa y exitosa” frente a la “agresión de Estados Unidos”, destacando que se trata de la tercera fase de su ofensiva denominada “Promesa Verdadera”. El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, expresó en redes sociales que Irán “no inició la guerra, pero no dejará sin respuesta una invasión”.
En paralelo, Israel amplió su ofensiva militar con ataques a objetivos simbólicos y gubernamentales en Teherán, incluyendo la prisión de Evin —conocida por albergar a presos políticos y ciudadanos occidentales— y la sede de una fuerza militar represiva. El ejército israelí también atacó rutas de acceso a Fordo, uno de los sitios nucleares impactados previamente por Estados Unidos.
A pesar de la gravedad del conflicto, funcionarios estadounidenses señalaron que no buscan un cambio de régimen en Irán, mientras que el presidente Donald Trump advirtió que cualquier represalia adicional de Teherán provocará “respuestas mucho más grandes y mucho más fáciles”.
Las cifras actuales indican que, en el contexto del conflicto, al menos 24 personas han muerto en Israel, mientras que los ataques israelíes en Irán han dejado más de 950 fallecidos y miles de heridos, según organizaciones de derechos humanos.
El Organismo Internacional de Energía Atómica informó que Irán habría retirado parte del material nuclear de las instalaciones antes de los bombardeos, aunque sigue a la espera de confirmación oficial. Mientras tanto, la situación en la región continúa escalando, con el riesgo latente de una confrontación directa de mayor alcance entre las potencias involucradas.