Un informe de la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos (DIA) sugiere que los recientes bombardeos de EE.UU. contra instalaciones nucleares iraníes solo lograron retrasar el programa atómico de Teherán por unos meses, contradiciendo directamente las declaraciones del presidente Donald Trump, quien había calificado la operación como un “éxito total”.
Según el informe, las instalaciones de Fordow, Natanz e Isfahán —blanco de bombas rompebúnkeres de 13.600 kg— sufrieron daños principalmente en sus estructuras superficiales. Aunque la entrada a Fordow colapsó, la infraestructura subterránea permanece en gran parte intacta. Además, Irán habría trasladado uranio enriquecido a otras instalaciones secretas antes del ataque.
“La mayoría de las centrifugadoras iraníes siguen intactas”, señaló un funcionario al tanto del informe.
Trump y la Casa Blanca califican el informe de “falso”
Trump rechazó categóricamente los hallazgos del informe, calificándolos de “noticias falsas” y acusando a medios como CNN y The New York Times de “querer desvirtuar uno de los ataques militares más exitosos de la historia”.
“Todo el mundo sabe lo que ocurre cuando se lanzan catorce bombas de 30.000 libras perfectamente sobre sus objetivos: la obliteración total”, expresó la secretaria de prensa, Karoline Leavitt, en defensa del presidente.
Trump insistió en que las instalaciones iraníes fueron “completamente destruidas” y aseguró que Irán “nunca podrá reconstruirlas”.
Israel y Teherán emiten sus propias lecturas del conflicto
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, celebró los bombardeos como una “victoria histórica”, afirmando que se eliminaron dos amenazas existenciales: la capacidad nuclear iraní y la presencia de 20,000 misiles balísticos.
Mientras tanto, Irán negó los informes de nuevos ataques y afirmó estar dispuesto a retomar las negociaciones con EE.UU., aunque advirtió que responderá con firmeza ante cualquier violación israelí al alto el fuego vigente.