Una historia satírica sobre un supuesto pastor mexicano que vendía "terrenos en el cielo" a $100 por metro cuadrado se propagó como noticia real, evidenciando los peligros de la desinformación en la era digital.
La "Iglesia del Final de los Tiempos": una sátira malinterpretada
En los últimos días, numerosos medios y usuarios de redes sociales compartieron la historia de un pastor mexicano que supuestamente había recibido "autorización divina" para vender parcelas celestiales. Según estos informes, los terrenos se ofrecían a $100 por metro cuadrado, con opciones de pago que incluían Visa, MasterCard e incluso Apple Pay.
Los materiales promocionales mostraban mansiones bañadas en luz dorada y familias felices disfrutando de sus propiedades celestiales, prometiendo un lugar garantizado en el paraíso independientemente del tamaño del terreno adquirido.
La historia se volvió viral en TikTok e Instagram, pero un análisis más detallado revela que la "Iglesia del Final de los Tiempos" es simplemente una página de Facebook categorizada como "Sólo por diversión", creada específicamente para parodiar a líderes religiosos que explotan a sus seguidores.
No es la primera vez: el mito recurrente de los "boletos al cielo"
Esta historia fabricada recuerda a otra que circula periódicamente: la del pastor Tito Watts y su esposa Amanda, supuestamente arrestados en Zimbabwe por vender "boletos para el cielo" por $500 cada uno.
Según esta historia falsa, ampliamente desmentida por verificadores de hechos, los boletos estaban hechos de madera recubierta con pintura dorada. Los detalles absurdos se acumulan en las distintas versiones: desde la policía confiscando pipas de crack y un caimán bebé, hasta declaraciones inverosímiles del pastor sobre "extraterrestres" y "planetas hechos de crack".
Esta narración, con variaciones, ha circulado en internet desde al menos 2015, adaptándose a diferentes países y contextos, pero manteniendo su estructura básica.
Por qué estas historias se vuelven virales
Las historias sobre estafadores religiosos suelen captar la atención porque:
- Apelan a emociones fuertes: Provocan indignación o burla, emociones que impulsan a compartir contenido.
- Confirman prejuicios existentes: Para algunos, refuerzan ideas preconcebidas sobre la explotación religiosa.
- Contienen elementos memorables: Detalles extravagantes como "terrenos celestiales" o "boletos dorados" hacen que las historias sean fáciles de recordar y compartir.
La importancia de verificar antes de compartir
Este caso ilustra la facilidad con que el contenido satírico puede ser malinterpretado como noticias reales. En la era de la información instantánea, resulta fundamental:
- Verificar las fuentes originales: Investigar la procedencia de las noticias antes de compartirlas.
- Buscar verificaciones independientes: Consultar plataformas dedicadas a la verificación de hechos.
- Desconfiar de historias demasiado extravagantes: Las afirmaciones extraordinarias requieren evidencias extraordinarias.
Las noticias falsas sobre estafas religiosas pueden parecer inofensivas o incluso divertidas, pero contribuyen a un ecosistema de desinformación más amplio que erosiona la confianza en las fuentes de información legítimas y puede perpetuar estereotipos dañinos.
En un mundo donde la línea entre la sátira y la realidad se desdibuja cada vez más, el pensamiento crítico y la verificación de hechos son herramientas esenciales para todos los consumidores de noticias.