El Gobierno de Pedro Sánchez ha endurecido sus medidas para impedir el envío de armamento a Israel. Tras anunciar la cancelación de contratos millonarios y un embargo de armas, el Ejecutivo ha prohibido ahora que Estados Unidos utilice las bases militares de Rota (Cádiz) y Morón (Sevilla) para trasladar material bélico con destino al Estado israelí, según confirmó el Comité Conjunto Hispano-Norteamericano.
La decisión impide el tránsito de “aviones o buques de Estados Unidos cargados con armamento, munición o equipos militares”, tanto si se dirigen directamente a Israel como si hacen escala previa en otros países europeos. Aunque España no inspecciona los cargamentos de su aliado, fuentes consultadas señalan que la medida busca dejar claro que “Rota y Morón son bases de soberanía española, bajo mando de un militar español, y todo lo que allí sucede debe ser autorizado por las autoridades españolas”.
Posibles resquicios legales
No obstante, existen matices. Washington podría realizar un vuelo autorizado hacia Alemania o Italia y, desde allí, continuar a Israel sin que conste en el plan original. Un precedente similar ocurrió cuando seis cazas F-35, entregados por la administración de Donald Trump a la Fuerza Aérea israelí, evitaron sobrevolar España y optaron por hacer escala en la base estadounidense de Azores, en Portugal.
Tensiones con Washington
La decisión se suma a una serie de fricciones diplomáticas entre Madrid y Washington. El Departamento de Estado calificó como “profundamente preocupantes” las nueve medidas anunciadas por Sánchez contra el Gobierno de Benjamin Netanyahu, advirtiendo que “limitan potencialmente las operaciones militares estadounidenses”. Las relaciones bilaterales ya estaban marcadas por tensiones en torno al gasto en la OTAN, los contratos con Huawei y los aranceles comerciales.
Una cuestión de confianza
Los acuerdos de defensa vigentes, firmados en 1953 y renovados en 1988, establecen que España debe autorizar cualquier escala de aviones o buques con “carga o pasaje controvertidos”. En el pasado, esta cláusula generó polémica, como en 2002, cuando Estados Unidos pidió permiso para transportar prisioneros afganos hacia Guantánamo a través de las bases españolas.
En cuanto a los buques, la autorización requiere un aviso mínimo de cinco días y, por tradición, España no pregunta sobre el armamento a bordo. Esta práctica, surgida en plena Guerra Fría, evitaba revelar a la Unión Soviética si Estados Unidos transportaba armas nucleares. Sin embargo, desde el referéndum de la OTAN de 1986 está prohibido introducir este tipo de arsenal en territorio español.
La política actual, basada en la “confianza entre aliados”, pone a prueba un vínculo histórico en un momento de máxima sensibilidad internacional.