Elon Musk, encargado por Donald Trump de liderar el Departamento de Eficiencia Gubernamental, reveló que los correos enviados a empleados públicos federales exigiendo un reporte semanal de logros —con amenaza de despido— eran en realidad una "prueba para evaluar su capacidad de respuesta". La medida generó confusión y críticas en varias agencias gubernamentales.
Detalles de la controversia:
- Correo enviado el sábado: Solicitaba a los empleados detallar sus logros de la semana anterior antes del lunes a las 23:59 (hora de México). Quienes no respondieran, según Musk, serían considerados como "renunciantes voluntarios".
- Respuesta de Musk en X: Aseguró que el objetivo era medir la atención y eficiencia, no usar IA (LLM) para procesar datos. "Muchos no entienden que la gestión ya cambió. Tendrán una dosis de realidad", escribió.
Reacciones internas:
- Agencias divididas: Mientras el Departamento de Salud y el FBI instaron a ignorar los correos, otros como NOAA y CDC disdain inicialmente cumplieron, pero luego dieron marcha atrás.
- Críticas de altos mandos: Directores del FBI, Pentágono y Departamento de Estado calificaron la orden de "inapropiada" y pidieron a empleados no responder. Musk tildó esto de "EXTREMADAMENTE preocupante" en redes.
Declaraciones oficiales:
- Oficina de Administración de Personal (OPM): Justificó la medida como parte del compromiso de Trump con un gobierno "eficiente". Un vocero señaló que cada agencia decidiría los siguientes pasos tras las respuestas.
- Frustración en el Departamento de Defensa: Funcionarios informaron a CNN sobre caos interno, sin directrices claras para gestionar la solicitud.
Contexto tecnológico:
Musk descartó el uso de modelos de lenguaje (LLM) para analizar respuestas, insistiendo en que era una prueba básica de capacidad operativa. Sin embargo, inversores como Garry Tan cuestionaron la viabilidad de procesar miles de respuestas sin IA, llamando a la iniciativa "teatrera".
Próximos pasos:
Musk prometió que el "lío se resolverá esta semana", advirtiendo sorpresas y ajustes. Mientras, empleados y gerentes lidian con la incertidumbre, en un pulso entre eficiencia burocrática y métodos disruptivos.