Elon Musk protagonizó uno de los momentos más controvertidos durante la investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos este lunes. Mientras hablaba en el Capital One Arena, el fundador de Tesla levantó el brazo en un gesto que muchos han asociado con el saludo nazi, lo que desató una avalancha de reacciones en las redes sociales.
Gran parte de las respuestas provinieron de X (anteriormente Twitter), plataforma que ha estado en el centro de la polémica desde la adquisición de Musk, especialmente por su giro hacia posturas de ultraderecha. En los últimos meses, ha habido una constante pérdida de usuarios en la red social, y este gesto solo aceleró el rechazo, llevando a un aumento de las deserciones el 21 de enero.
Ante las críticas, Musk respondió en X: "Francamente, necesitan mejores trucos sucios. El ataque de 'todos son Hitler' está muy cansado".
Durante su discurso, Musk, cercano a Trump, expresó: "Mi corazón está con ustedes. Gracias a ustedes, el futuro de la civilización está asegurado", antes de hacer el mismo gesto una vez más. La reacción fue inmediata, generando controversia sobre la verdadera intención detrás de su acción.
Ruth Ben-Ghiat, profesora de historia en la Universidad de Nueva York, calificó el gesto como un saludo nazi y señaló que fue "muy beligerante".