En un discurso inaugural cargado de simbolismo, el Papa Leo XIV —antes cardenal Robert Prevost— se dirigió este lunes a la prensa internacional en el Aula Pablo VI del Vaticano, combinando solemnidad, humor y advertencias contundentes sobre el rol de los medios. Con un llamado a defender "la dignidad, la justicia y el derecho a estar informado", el líder de 1.300 millones de católicos trazó una hoja de ruta ética para el periodismo global.
Tras ingresar escoltado por la Guardia Suiza —ataviada con su icónica armadura renacentista—, León XIV sorprendió al traducir su mensaje en clave cercana: "Si al final siguen despiertos y quieren aplaudir, se lo agradeceré", bromeó en inglés antes de cambiar al italiano. Pero el tono se tornó solemne al definir la libertad de prensa como "un don precioso en tiempos difíciles de narrar", citando a San Agustín, figura clave de su orden religiosa.
Contra la mediocridad y las "guerras de palabras"
El pontífice no eludió temas espinosos:
- Responsabilidad con la IA: Alertó sobre el uso ético de la inteligencia artificial en la información.
- Periodistas encarcelados: Recordó su lucha, aunque sin nombrar casos específicos.
- Verdad vs. polarización: "Rechacen el paradigma de la guerra: ni en palabras ni en imágenes", exigió, condenando la retórica divisiva.
Su mensaje central fue un llamado a la excelencia: "No cedan nunca a la mediocridad ni a las divisiones partidistas. Informar es un reto del que no se debe huir".
Un final sin preguntas, pero con gestos
En lugar de abrir un debate, León XIV optó por una bendición colectiva, mientras fieles entre el público hacían la señal de la cruz. Luego, recorrió el pasillo saludando a periodistas bajo el estruendo de cámaras, en una salida tan teatral como su entrada.
El discurso refuerza el perfil de Prevost: un teólogo agustiniano con experiencia en diálogo interreligioso, electo en un cónclave récord de dos días. Analistas vaticanos destacan su enfoque en "modernizar sin rupturas", equilibrando tradición y apertura mediática.
¿Qué sigue?
Mientras el Vaticano evita comentar si habrá ruedas de prensa regulares, el gesto de hoy sienta un precedente: un papa que interpela directamente a los medios, no solo como intermediarios, sino como actores clave en su visión de "justicia informativa". En un mundo de desinformación, su batalla por la "verdad que resuene" acaba de empezar.