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El ministro danés de Exteriores advierte que la amenaza de Trump sobre Groenlandia aún no ha terminado

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El ministro de Asuntos Exteriores de Dinamarca, Lars Løkke Rasmussen, advirtió que la amenaza expansionista del expresidente Donald Trump sobre Groenlandia “aún no ha terminado”, a pesar de que una intervención militar directa sigue siendo improbable. La declaración se produce en el contexto de la presidencia rotatoria de Dinamarca en el Consejo de la Unión Europea, que prioriza temas de defensa y seguridad en el Ártico.

“No creemos que vaya a producirse una anexión militar, en absoluto. Pero tampoco consideramos este caso resuelto”, señaló Rasmussen durante una reunión con la prensa en Aarhus la semana pasada. “Siempre he dicho que hay que tomarse a Trump en serio, aunque no siempre al pie de la letra. Sin embargo, me doy cuenta de que esas dos cosas están cada vez más cerca una de la otra en comparación con su primer mandato. Por eso lo tomamos muy, muy en serio”.

El interés por Groenlandia persiste

Groenlandia, territorio autónomo dentro del Reino de Dinamarca, ha sido objeto de un interés geopolítico creciente por sus yacimientos de minerales estratégicos y su posición clave en el Ártico, especialmente en un contexto de deshielo acelerado por el cambio climático.

A principios de este año, Trump no descartó públicamente la posibilidad de utilizar fuerza militar o presión económicapara hacerse con el control de la isla. Incluso llegó a declarar: “No sé qué derecho tiene Dinamarca sobre ello, pero sería un acto muy poco amistoso si no lo permitieran, porque se trata de proteger al mundo libre”.

No obstante, la población local se opone abrumadoramente a cualquier idea de anexión por parte de EE. UU., al igual que el Gobierno danés. Las elecciones más recientes en Groenlandia dieron como resultado un gobierno de coalición defensor de la autodeterminación.

Respuesta europea y refuerzo militar

Ante este panorama, Dinamarca ha aprobado un plan de refuerzo militar de 14.600 millones de coronas (unos 1.950 millones de euros) para aumentar su presencia en el Ártico y el Atlántico Norte. Rasmussen recordó que existe un acuerdo de defensa entre Dinamarca y EE. UU. desde 1951, pero aclaró: “Nunca puede tratarse de una anexión. Así que no sentimos que esto haya terminado”.

También alertó sobre posibles campañas de injerencia destinadas a manipular la opinión pública groenlandesa, no necesariamente ejecutadas directamente por el Gobierno estadounidense.

Frente a las declaraciones de Trump y visitas recientes de miembros de su entorno a Groenlandia, como la del vicepresidente Robert Vance, los líderes europeos han cerrado filas. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa, han expresado su apoyo inequívoco a la soberanía danesa.

Aunque Groenlandia no forma parte de la UE, Bruselas ha sugerido que la isla estaría amparada por la cláusula de defensa colectiva del bloque en caso de una amenaza.

Durante una visita simbólica a la isla, el presidente francés Emmanuel Macron expresó su respaldo al gobierno groenlandés y criticó las declaraciones de Trump como una “llamada de atención para todos los europeos”. “No están solos. Esta bandera que ondea aquí también es nuestra bandera común”, afirmó.

La estrategia danesa: firmeza y diplomacia

Rasmussen destacó la importancia de estos gestos de solidaridad: “No debemos subestimar la visita de Macron. Sé que otros líderes europeos también están dispuestos a viajar a Groenlandia. Pero debemos manejar esto con cuidado. La solidaridad está ahí, si llegara a ser necesaria”.

Aunque reconoció la imprevisibilidad del expresidente Trump, confió en que cualquier intento de presión o injerencia pueda resolverse por vías diplomáticas: “Tenemos que entender cuál es exactamente el problema o la posibilidad. Pero creo que podemos superarlo pacíficamente”.