El asesinato de Sara Millerey González Borja, una mujer transgénero de 32 años, ha conmocionado a Colombia y desencadenado una amplia condena social y política contra la violencia transfóbica en el país. La joven fue hallada con extremidades fracturadas en un riachuelo de Antioquia, al norte de Medellín, donde agonizó durante horas antes de fallecer en un hospital.
Un crimen de odio que no deja indiferente a nadie
Los hechos ocurrieron el pasado 4 de abril en la comuna de Bello, donde González Borja fue brutalmente agredida y arrojada a la quebrada La García, según informaron las autoridades locales. Tras las alertas de vecinos de la zona, bomberos y policía local lograron rescatarla después de casi dos horas de agonía en el agua.
"Fue víctima de un acto atroz y cargado de odio. A Sara la violentaron, le quebraron los brazos y las piernas y la arrojaron al río, y duele profundamente pensar que ocurrió ante la indiferencia de muchos. No podemos permitir que la transfobia siga cobrando vidas en silencio", declaró la alcaldesa de Bello, Lorena González Ospina.
Pese a los esfuerzos médicos tras ser trasladada a un centro hospitalario cercano, Sara Millerey falleció horas más tarde debido a la gravedad de sus heridas.



Investigación en curso y recompensa por información
La Fiscalía General junto con el Grupo Nacional de Trabajo para la Investigación de Violencias Fundadas en la Orientación Sexual y/o Identidad de Género de las Víctimas se encuentran investigando el caso. Hasta el momento no se han reportado detenciones relacionadas con el ataque.
Las autoridades han ofrecido recompensas de aproximadamente 50 millones de pesos colombianos (US$11.600) a quienes proporcionen información que conduzca a la identificación de los responsables.
Rolando Serrano, secretario de Seguridad de Bello, indicó a la emisora Blue Radio que se sospecha la participación de bandas delincuenciales en el hecho, aunque subrayó que corresponderá a la fiscalía determinar los móviles y responsables. Según Serrano, hasta el fin de semana anterior a su muerte, la joven "no había recibido amenazas previas" y "era alguien muy querida por la gente, hacía parte de la dinámica del barrio".
El crimen ha generado una contundente oleada de repudio en todo el país, con pronunciamientos al más alto nivel político. El presidente Gustavo Petro vinculó el caso con el fascismo y aseguró que estos hechos evidencian la presencia de "nazis" en Colombia.
"Me critican que hable de nazismo. Sé perfectamente que el fascismo es la eliminación violenta de las diferencias del ser humano: políticas, religiosas, étnicas, de libertad sexual. Esto que pasó en Bello se llama fascismo, porque hay Nazis en Colombia", escribió Petro en la red social X.
Por su parte, el Ministerio de Igualdad condenó enérgicamente el asesinato, haciendo un llamado a la ciudadanía para no guardar silencio ante la violencia transfóbica. "El silencio mata y no seremos cómplices de la barbarie ni del dolor que genera la desigualdad", señalaron desde esa institución.
En los días posteriores al crimen, decenas de colombianos realizaron vigilias y manifestaciones en varias ciudades del país para honrar la memoria de Sara Millerey y exigir justicia.
Durante el funeral de Sara Millerey, celebrado esta semana, su madre, Sara González, compartió su dolor con medios locales. "Sí, para mí, a ella la tuvieron que haber asesinado tan vilmente, porque la asesinaron vilmente, por ser como era, por ser extrovertida y por ser una trans", expresó en entrevista con radio Caracol.
La mujer describió a su hija como "un ser de luz" que "no le hacía mal a nadie", y lamentó profundamente su pérdida: "Me dejaron sola, me dejaron destrozada. Esto no se me va a olvidar nunca, esto es muy triste".
Organizaciones de derechos humanos y colectivos LGBTIQ+ han subrayado que el caso de Sara Millerey no es aislado, sino parte de un patrón de violencia contra estas comunidades en Colombia.
Según el Observatorio de Derechos Humanos de la ONG Caribe Afirmativo, en lo que va de 2024, 25 personas de la comunidad LGBTIQ+ han sido asesinadas por su identidad sexual. De ese total, 15 son personas con experiencias de vida trans.
"Este hecho no es aislado. Hace parte de una ola de violencia sistemática que enfrentan las personas LGBTIQ+ en el país, en especial las personas trans, quienes siguen siendo blanco de ataques que no solo buscan silenciar sus cuerpos, sino también borrar sus existencias", denunció Caribe Afirmativo.
Danne Belmont, del Grupo de Acción y Apoyo a Personas Trans de Bogotá, señaló a France 24 la paradoja colombiana: "Colombia es uno de los países más avanzados en la región frente a la garantía de derechos de personas LGBT, pero muchos de esos derechos se quedan en el papel". Belmont advirtió sobre el aumento de discursos de odio tanto en Colombia como a nivel internacional, añadiendo que "como sociedad hemos dejado avanzar una narrativa y unos discursos que buscan realmente la aniquilación de nuestras existencias como personas trans".
El brutal asesinato de Sara Millerey González Borja ha puesto nuevamente en evidencia la brecha entre los avances legales en materia de derechos LGBTIQ+ y la realidad cotidiana de discriminación y violencia que enfrentan muchas personas transgénero en Colombia.