El Gobierno de Estados Unidos ha suspendido el envío de varios misiles de defensa antiaérea y otras armas previamente prometidas a Ucrania, debido a preocupaciones sobre la disminución de sus propias reservas estratégicas, según confirmaron fuentes oficiales este martes.
La medida ocurre pese a la existencia de un acuerdo firmado en febrero, que contemplaba el suministro de armas estadounidenses a cambio de minerales ucranianos. La portavoz de la Casa Blanca, Anna Kelly, explicó que la decisión responde a “una revisión del apoyo y la asistencia militar” global de EE.UU., priorizando los intereses nacionales tras detectar niveles críticamente bajos en algunos arsenales.
El Departamento de Defensa no detalló cuáles armas están siendo retenidas, pero insistió en que las fuerzas armadas estadounidenses mantienen su preparación y que el reciente paquete de recortes fiscales aprobado por el Senado garantiza inversiones en modernización militar para enfrentar amenazas futuras.
Golpe para Ucrania
La pausa en el suministro representa un duro golpe para Kiev, justo cuando Rusia intensifica sus ataques aéreos. Según datos de la Fuerza Aérea ucraniana, Moscú lanzó un récord de 5,438 drones en junio, además de incrementar los ataques con misiles y bombardeos estratégicos.
Europa mantiene cautela
Ante la decisión de Washington, EE.UU. ha instado a sus aliados europeos a compensar la falta de ayuda con más armamento homologable, especialmente en defensa antiaérea. No obstante, el canciller alemán Friedrich Merz aclaró que Berlín aún no ha decidido si enviará los misiles de crucero Taurus, solicitados por Kiev desde el inicio de la invasión a gran escala en 2022.
Merz subrayó que si se concreta el envío, las armas serán operadas únicamente por tropas ucranianas, como ha ocurrido con los misiles SCALP (Francia) y Storm Shadow (Reino Unido), armas de características similares.
Los misiles Taurus poseen una capacidad clave para atacar objetivos fortificados, como búnkeres, debido a su ojiva programable, una característica estratégica que Ucrania considera vital ante la fortificación de las defensas rusas.
La suspensión de envíos por parte de EE.UU. podría forzar una mayor implicación europea en el conflicto, aunque hasta ahora los socios de la OTAN mantienen posturas divergentes respecto a los niveles de asistencia militar directa.