El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este lunes una orden ejecutiva que levanta la mayoría de las sanciones impuestas contra Siria, marcando un giro importante en la política exterior estadounidense. La medida fue anunciada previamente en mayo, durante una gira presidencial por Oriente Medio, y entra en vigor a partir de este martes.
Aunque se eliminan numerosas restricciones económicas, la orden mantiene sanciones específicas contra el expresidente sirio Bashar al-Assad y contra individuos o entidades implicadas en violaciones de derechos humanos, tráfico de drogas, armas químicas, terrorismo y vínculos con Irán.
El gobierno estadounidense señaló que esta flexibilización busca facilitar la reconstrucción de Siria sin fortalecer a actores considerados dañinos. Además, permitirá aliviar controles sobre exportaciones y asistencia extranjera, como parte de un esfuerzo más amplio por reconfigurar las relaciones diplomáticas en la región.
El embajador estadounidense en Turquía, Thomas Barrack, expresó que esta medida ofrece una "ventana de oportunidad" para integrar nuevamente a Siria en el escenario internacional, incluyendo a grupos que lucharon contra el Estado Islámico, como los kurdos.
Trump justificó el levantamiento de sanciones alegando que, si bien las medidas fueron importantes en su momento, se habían vuelto "devastadoras" para la población siria. El anuncio se produce tras una histórica reunión entre Trump y el actual presidente interino de Siria, Ahmed al Sharaa, durante la cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo en Riad. Esta fue la primera reunión de alto nivel entre ambos países en más de 25 años.
A pesar de que Siria sigue en la lista de países patrocinadores del terrorismo, el levantamiento parcial de sanciones podría abrir la puerta a un nuevo capítulo en las relaciones entre Washington y Damasco.