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Carlos III reafirma soberanía canadiense en histórica sesión parlamentaria ante tensiones con EE.UU.

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Discurso del Trono enfatiza defensa militar, diversidad cultural y alerta sobre "amenazas sin precedentes"

En un gesto cargado de simbolismo geopolítico, el rey Carlos III inauguró este martes el Parlamento canadiense con un contundente llamado a proteger la soberanía nacional frente a las tensiones con Estados Unidos. Su discurso, el primero de un monarca británico en 50 años, fue leído como una respuesta directa a las recientes amenazas de anexión del expresidente Donald Trump, quien en campaña ha referido a Canadá como "el estado 51″.

Claves del mensaje real
Desde el Senado en Ottawa, Carlos III —jefe de Estado ceremonial de Canadá— delineó las prioridades del gobierno de Mark Carney:

  1. Refuerzo militar: Triplicar inversiones en las Fuerzas Armadas, con énfasis en el Ártico y participación en el programa ReArm Europe.
  2. Protección cultural: Defensa del bilingüismo (francés-inglés), apoyo a medios públicos como CBC/Radio-Canadá y blindaje del sistema de cuotas lácteas de Quebec.
  3. Diversificación económica: Reducir la dependencia comercial de EE.UU. (75% de exportaciones) mediante nuevos acuerdos con la UE y Asia-Pacífico.

Contexto de crisis
El monarca advirtió que el mundo enfrenta su "etapa más peligrosa desde la Segunda Guerra Mundial", citando conflictos globales y presiones expansionistas. Aunque evitó nombrar a Trump, sus palabras resonaron tras las declaraciones del embajador estadounidense Pete Hoekstra, quien días antes minimizó el debate sobre la anexión: "Canadá debería dejar de lado este tema".

Simbolismo estratégico
La visita real —la vigésima de Carlos a Canadá— busca reforzar la identidad nacional en un momento delicado:

  • Legado histórico: Recordó la repatriación de la Constitución en 1982 y el crecimiento multicultural.
  • Diplomacia silenciosa: Su reunión con Mary Simon, primera gobernadora general indígena, subrayó el compromiso con las comunidades originarias.
  • Contrapeso a EE.UU.: Carney, exdirector del Banco de Inglaterra, aprovechó la figura real para marcar distancia de la retórica trumpista.

Reacciones y tensiones
Mientras ex primeros ministros como Justin Trudeau y Stephen Harper asistieron al acto, sectores soberanistas en Quebec cuestionaron el rol de la monarquía. No obstante, el 63% de canadienses apoya mantener a Carlos como jefe de Estado, según un sondeo de Ipsos esta semana.

¿Un giro en la Commonwealth?
Analistas ven el discurso como un precedente: es la primera vez que un monarca británico incluye en su mensaje referencias a políticas industriales específicas (como el sector lácteo) y alianzas extra-OTAN. Para John Packer, experto en derecho internacional de la Universidad de Ottawa, "Carlos actuó como megáfono de la diplomacia canadiense, algo inusual pero estratégico ante la coyuntura".

Con este movimiento, Canadá no solo defiende su territorio, sino que redefine su lugar en un orden global fracturado. La corona, lejos de ser un relicto, se convierte en herramienta de soft power en tiempos de incertidumbre.