El activista conservador Charlie Kirk, uno de los aliados más influyentes del presidente estadounidense Donald Trump, murió este miércoles tras recibir un disparo en pleno acto universitario en la Universidad de Utah Valley. Tenía 31 años.
El ataque
Videos difundidos en redes sociales muestran el momento en que se escucha un disparo mientras Kirk debatía con un estudiante sobre tiroteos masivos. Segundos después, el dirigente se lleva la mano al cuello y se desploma de su silla. Los asistentes huyeron despavoridos.
La policía confirmó que el ataque fue cometido por un tirador solitario y que nadie más resultó herido. La esposa y los dos hijos de Kirk se encontraban presentes en la sala durante el atentado.
La reacción de Trump
El presidente Donald Trump expresó su pesar en Truth Social:
“El gran, e incluso legendario, Charlie Kirk, ha muerto. Nadie entendió ni representó el corazón de la juventud en Estados Unidos mejor que Charlie”.
Donald Trump Jr. también lo homenajeó:
“El impacto que tuvo en los jóvenes, dándoles valor para levantarse, pensar por sí mismos y luchar por la libertad, es inconmensurable”.
¿Quién era Charlie Kirk?
Kirk era fundador de Turning Point USA, organización conservadora creada en 2012 que buscaba expandir las ideas de libre mercado y gobierno limitado en campus de secundaria y universidades. Bajo su liderazgo, la organización alcanzó en 2022 79,2 millones de dólares en donaciones y presencia en casi 4.000 campus.
Con su perfil mediático en ascenso, se convirtió en una de las voces más reconocidas del movimiento conservador, apareciendo regularmente en televisión y dirigiendo The Charlie Kirk Show, su popular pódcast.
Un legado polémico
Defensor de la Segunda Enmienda y crítico abierto de la transexualidad y de las medidas frente al COVID-19, Kirk fue una figura polarizadora en el debate público estadounidense. Pese a ello, políticos como el senador por Utah, Mike Lee, destacaron su “decencia genuina y respeto, incluso hacia quienes discrepaban de él”.
El asesinato de Charlie Kirk supone un duro golpe para el movimiento conservador y para la maquinaria juvenil que respaldó con fuerza la candidatura presidencial de Donald Trump.