Blast en Shandong revive traumas por desastres industriales; causas aún desconocidas
Una potente explosión en una planta química de la ciudad de Weifang, provincia de Shandong (este de China), dejó al menos cinco fallecidos, 19 heridos y seis desaparecidos este martes al mediodía. El incidente, ocurrido en un parque industrial operado por Gaomi Youdao Chemical Co —empresa especializada en pesticidas y compuestos médicos—, generó una onda expansiva tan intensa que rompió ventanas en estructuras ubicadas a más de tres kilómetros de distancia, según testigos.
Claves del desastre:
- Impacto inmediato: Columnas de humo negro se elevaron sobre la zona, mientras equipos de rescate trabajaron para evacuar a trabajadores atrapados.
- Respuesta de emergencia: El Ministerio de Gestión de Emergencias movilizó 55 vehículos y 232 profesionales, incluyendo bomberos y equipos médicos.
- Cifras en aumento: Las autoridades no descartan que el número de víctimas crezca, dado que seis personas siguen desaparecidas y varios heridos se encuentran en estado crítico.
Contexto histórico:
La tragedia revive el recuerdo del devastador accidente en Tianjin (2015), donde 173 personas murieron en explosiones químicas. Pese a las promesas gubernamentales de reforzar controles de seguridad, incidentes similares persisten en el país, que alberga miles de plantas industriales.
Investigación en curso:
Aunque aún se desconoce la causa del siniestro, fuentes locales sugieren que podría estar vinculado al manejo de sustancias inflamables. Gaomi Youdao Chemical Co enfrenta escrutinio por su historial de seguridad, mientras autoridades analizan posibles negligencias.
Testimonios impactantes:
Un empleado de una fábrica cercana relató a medios estatales: "El estruendo fue ensordecedor. Pensé que era un terremoto. Los vidrios estallaron en mil pedazos". Residentes de la zona exigieron mayor transparencia y medidas preventivas para evitar futuras catástrofes.
Con este incidente, China enfrenta nuevamente el desafío de equilibrar su crecimiento industrial acelerado con protocolos de seguridad que protejan vidas humanas. La explosión no solo deja pérdidas materiales, sino que reabre heridas en un país marcado por su frágil relación con la regulación ambiental y laboral.