“El arte no solo es necesario, es urgente. Y la IA se puede ir a tomar por culo”, sentenció Guillermo del Toro durante la presentación de su esperada adaptación de Frankenstein en el Festival Lumière, donde defendió con pasión la creación artística humana frente a la inteligencia artificial.
El cineasta mexicano, de 61 años, describió esta producción —que se estrena mundialmente este octubre— como la “culminación de toda una vida” marcada por su fascinación por el monstruo de Mary Shelley. Rememoró cómo descubrió a los siete años la versión de James Whale con Boris Karloff: “Comprendí en ese momento qué es la religión. Mi abuela tenía a Jesús. Yo tenía a Boris Karloff”.
Del Toro explicó que la madurez le permitió abordar la historia desde una perspectiva más profunda, como padre y no como hijo: “Ahora siento como Johnny Cash cuando cantaba ‘Hurt’: no se puede interpretar sin haber vivido el dolor y el peso de lo perdido”. Subrayó que la novela plantea una pregunta eterna: “¿Qué significa ser humano? Para mí, es la capacidad de pedir perdón y de perdonar”.
En un discurso emocionado ante un auditorio abarrotado, alertó sobre “tiempos peligrosos en que nos avergüenzan nuestras emociones” y criticó la idea de que “el arte puede hacerse con una aplicación”. Advirtió: “Cuando nos roban el arte y la emoción, nos llevan a la estética del fascismo”. Todos los decorados de su Frankenstein son reales, enfatizó, porque es “una ópera hecha por humanos y para humanos”.
La película llegará a los cines a partir del 24 de octubre y a Netflix el 7 de noviembre.