El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este sábado el envío de tropas federales a Portland, Oregon, con la instrucción de actuar con “fuerza total si es necesario” contra lo que calificó como “terroristas domésticos”. La decisión amplía sus polémicos despliegues militares tras el asesinato del activista conservador Charlie Kirk, ocurrido en Utah.
Según explicó, el objetivo es proteger las instalaciones de ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas), que asegura están “bajo asedio de ataques de Antifa y otros grupos violentos”. Esta semana, Trump designó oficialmente a Antifa como organización terrorista doméstica, estableciendo un precedente legal que le otorga mayor margen de acción.
Portland, nuevo foco de tensión
Las protestas frente a las oficinas de ICE en Portland han convertido a la ciudad en epicentro del conflicto. En varias ocasiones, las manifestaciones derivaron en enfrentamientos violentos, con agentes federales heridos y decenas de detenidos por agresión.
Trump ya había advertido el jueves desde el Despacho Oval que desplegaría un contingente importante en la ciudad, describiendo a los manifestantes como “agitadores profesionales y anarquistas”. Además, calificó vivir en Portland como “vivir en el infierno” y comparó la situación con la anarquía.
La tensión se agudizó cuando a principios de mes los manifestantes erigieron una guillotina frente a un edificio federal, un hecho que el Departamento de Seguridad Nacional describió como “comportamiento desquiciado”.
Resistencia local y expansión nacional
El alcalde de Portland, Keith Wilson, rechazó de manera tajante la intervención federal:
“Como otros alcaldes del país, no he pedido —y no necesito— intervención federal. Nuestra ciudad protege la libertad de expresión mientras aborda la violencia ocasional y la destrucción de propiedades”, afirmó.
La estrategia de Trump no se limita a Portland. En Memphis, Tennessee, el gobernador republicano Bill Lee confirmó la llegada de tropas de la Guardia Nacional como parte de un plan de seguridad contra el crimen.
Un patrón de militarización
Esta decisión refleja un patrón más amplio de militarización del orden interno durante el mandato de Trump. Ya en meses anteriores había desplegado la Guardia Nacional y Marines en Los Ángeles y en el Distrito de Columbia.
Con esta nueva medida, el presidente republicano vuelve a utilizar la etiqueta de “terrorismo” para enfrentar a sus rivales políticos, pese a que funcionarios del FBI han cuestionado la clasificación de Antifa como organización terrorista al tratarse de un movimiento sin estructura formal.