Al menos 82 personas, incluidos 28 menores de edad, han muerto y más de 40 continúan desaparecidas tras las devastadoras inundaciones repentinas que azotaron el estado de Texas el pasado viernes. La tragedia ha conmocionado a la nación y ha generado múltiples esfuerzos de búsqueda y rescate en las áreas más afectadas.
El gobernador Greg Abbott declaró este domingo como día de oración, al tiempo que aseguró que las autoridades “trabajarán sin descanso” para dar con el paradero de los desaparecidos, entre ellos 10 campistas y un monitor de un campamento cristiano. Las lluvias continúan azotando la región, lo que podría agravar la situación.
“Seguiremos buscando hasta encontrar a todos”, dijo Abbott en un mensaje dirigido a las familias afectadas.
Crecida súbita del río Guadalupe
Uno de los focos de la catástrofe ha sido el río Guadalupe, que subió más de ocho metros en apenas 45 minutos, arrastrando viviendas, vehículos y campamentos instalados por la celebración del 4 de julio. En la zona de Hunt, condado de Kerr, los residentes viven momentos de angustia, mientras equipos de rescate y voluntarios recorren las orillas del río en busca de sobrevivientes.
Declaración de desastre mayor
El presidente Donald Trump firmó una declaración de desastre mayor para el condado de Kerr, lo que permitirá el envío de ayuda federal inmediata. Desde el Vaticano, el Papa León XVI envió sus condolencias, calificando el desastre como una “tragedia desgarradora”.
“Muchas vidas se han perdido y otras están en vilo. Estas familias están soportando una tragedia inimaginable”, escribió Trump en sus redes sociales.
Más de 850 rescatados y un escrutinio creciente
Según las autoridades, más de 850 personas fueron rescatadas en las primeras 36 horas, gracias a operativos coordinados con helicópteros, botes y drones. No obstante, las instituciones enfrentan cuestionamientos sobre si se emitieron alertas a tiempo, en una región históricamente vulnerable a las crecidas.
“El volumen de lluvia fue totalmente inusual, equivalente a meses de precipitaciones”, justificaron funcionarios locales.
La búsqueda continúa mientras las lluvias no cesan y muchas familias aún no tienen noticias de sus seres queridos. La festividad del 4 de julio atrajo a miles de personas a la zona, lo que complica la tarea de contabilizar con exactitud el número de desaparecidos.