Economía Geopolítica Trending

EE.UU. y China alcanzaron nuevo acuerdo comercial tras meses de tensiones arancelarias

IMG 6465

Washington y Pekín confirmaron un acuerdo que busca estabilizar el comercio bilateral, tras meses de escalada en la guerra de aranceles que tensó la relación entre las dos principales economías del mundo. El pacto incluye el levantamiento de ciertas restricciones impuestas por Estados Unidos y el compromiso de China de flexibilizar su política de exportaciones en sectores clave, especialmente en el de tierras raras.

La confirmación llegó el pasado viernes desde el Ministerio de Comercio de China, que detalló que Pekín "revisará y aprobará" las solicitudes de control de exportaciones conforme a la ley, mientras que Estados Unidos cancelará una serie de "medidas restrictivas".

Este entendimiento es el resultado de varias rondas de negociaciones, incluyendo encuentros en Ginebra y Londres, y apunta a implementar lo que funcionarios de ambos países han llamado un "marco de aplicación del acuerdo de Ginebra". La Casa Blanca lo calificó como un paso hacia una mayor claridad y reciprocidad en las relaciones comerciales bilaterales.


Tierras raras: un eje estratégico del acuerdo

Uno de los puntos más sensibles de la agenda fue el acceso a tierras raras, metales fundamentales para la fabricación de tecnologías limpias y armamento. China concentra la mayor parte de la producción global de estos recursos y, desde abril, había intensificado su control sobre las exportaciones mediante un nuevo sistema de licencias, en una medida percibida como respuesta directa a los aranceles estadounidenses.

Washington presionó para garantizar el suministro de estos insumos estratégicos, mientras que funcionarios estadounidenses acusaron a Pekín de demorar deliberadamente las licencias de exportación, incumpliendo lo pactado en negociaciones anteriores. El nuevo marco alcanzado pretende corregir esos incumplimientos y asegurar la fluidez en el comercio de recursos esenciales.


Expectativa por moratoria arancelaria y reacción de los mercados

El acuerdo también ha traído señales positivas para los mercados. Tras conocerse la noticia, el índice S&P 500 y el Nasdaq marcaron nuevos máximos históricos, impulsados por el optimismo de los inversores. Las bolsas europeas se sumaron al alza, aunque en Asia el comportamiento fue más dispar.

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, dejó abierta la posibilidad de extender hasta septiembre las conversaciones con otros socios comerciales, al tiempo que la Casa Blanca evalúa aplazar la entrada en vigor de nuevos arancelesanunciados previamente. La fecha límite para implementar estas tarifas —establecidas originalmente para el 9 de julio— podría prorrogarse, aunque la decisión final recaerá sobre el presidente Donald Trump, según confirmó la vocera Karoline Leavitt.

"El presidente tiene la potestad de ofrecer acuerdos antes de esa fecha o aplicar una tasa recíproca que considere ventajosa para Estados Unidos", señaló Leavitt, dejando en claro que el gobierno mantiene su estrategia de presión negociada.


Un giro en la retórica, pero no el fin de la confrontación

Aunque el acuerdo representa un avance en la reducción de tensiones comerciales, no elimina del todo el clima de confrontación estratégica entre ambas potencias. Las negociaciones futuras seguirán marcadas por la disputa por la supremacía tecnológica y la competencia geoeconómica. Sin embargo, el entendimiento actual abre la puerta a una etapa de relativa distensión que podría beneficiar tanto a los mercados globales como a sectores industriales clave.

El llamado a "encontrarse a mitad de camino", como expresó el portavoz del Ministerio de Comercio chino, refleja una voluntad de compromiso que contrasta con el tono de meses anteriores. Resta por ver si este giro es táctico o si marca el inicio de una nueva etapa en las relaciones entre Washington y Pekín.