La guerra entre Israel e Irán, iniciada el pasado 13 de junio, continúa intensificándose mientras las primeras conversaciones diplomáticas en Ginebra terminan sin avances concretos. A pesar de los esfuerzos europeos por abrir un canal de diálogo, los ataques no han cesado y el número de víctimas sigue en aumento.
Conversaciones sin resultados, pero con esperanzas
La reunión celebrada el viernes en Ginebra, que se prolongó por cuatro horas, concluyó sin acuerdos, aunque funcionarios europeos dijeron mantener “esperanza en futuras rondas”. El ministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi, reiteró la disposición de Teherán al diálogo, pero puso condiciones claras: "Irán está dispuesto a considerar la diplomacia si cesa la agresión y el agresor rinde cuentas por sus crímenes", declaró.
EE.UU. evalúa participación militar directa
Mientras tanto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, delibera sobre una posible intervención militar, particularmente mediante un ataque a la instalación subterránea de enriquecimiento de uranio de Fordo, considerada uno de los sitios más protegidos del programa nuclear iraní. El presidente afirmó el jueves que tomará una decisión en dos semanas, considerando una “oportunidad sustancial” de reabrir negociaciones nucleares con Irán.
No obstante, Teherán ha sido tajante: no habrá negociación con Washington mientras continúen los ataques israelíes.
Escalada militar: víctimas y daños
Desde el inicio del conflicto:
- 657 personas han muerto en Irán, incluidos 263 civiles, y más de 2.000 han resultado heridas, según cifras de un grupo de derechos humanos iraní con sede en Washington.
- En Israel, 24 personas han perdido la vida y cientos han resultado heridas por los ataques iraníes.
El Ejército israelí estima que Irán ha lanzado al menos 450 misiles y 1.000 drones contra su territorio. La mayoría han sido interceptados por los sistemas defensivos, especialmente por la Cúpula de Hierro.
Perspectiva regional: tensión sostenida
El conflicto se desarrolla en un contexto geopolítico extremadamente volátil. Las amenazas de los hutíes en Yemencontra buques estadounidenses en el mar Rojo y la creciente presión diplomática sobre Israel por parte de la Unión Europea, que ha cuestionado su respeto a los derechos humanos en Gaza, añaden nuevas capas de complejidad.
La implicación militar directa de EE.UU. o una intensificación por parte de actores como Hezbolá o las milicias proiraníes en Siria e Irak, podría transformar la guerra en una confrontación regional más amplia.
Por ahora, la comunidad internacional mira con preocupación cómo fracasa la diplomacia mientras avanzan las bombas.