El flujo de visitantes canadienses hacia Estados Unidos está experimentando una caída sin precedentes en 2025, un fenómeno que amenaza con costar miles de millones de dólares a la economía estadounidense y que refleja el deterioro de las relaciones entre ambos países vecinos.
Una caída pronunciada con impacto económico significativo
Las cifras son contundentes: según Tourism Economics, se espera que aproximadamente 4 millones menos de canadienses visiten Estados Unidos este año, lo que representa una disminución del 20% que podría traducirse en pérdidas de 4.300 millones de dólares en ingresos para el país.
Los datos oficiales ya muestran esta tendencia. En febrero, los viajes en automóvil desde Canadá hacia Estados Unidos cayeron un 17,5% interanual, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU., mientras que las estadísticas canadienses reportan una caída aún mayor, del 23%. Los vuelos de residentes canadienses hacia EE.UU. disminuyeron un 13,1% en el mismo período.
La agencia de viajes Flight Centre Travel Group Canada registró una disminución del 40% en las reservas de ocio hacia Estados Unidos en febrero en comparación con el año anterior, con una tasa de cancelación del 20% en viajes ya programados. Muchos de estos viajeros optaron por destinos alternativos como México y el Caribe.
Tensiones políticas y medidas migratorias como detonantes
Detrás de este fenómeno se encuentran varios factores. Muchos canadienses expresan su indignación por las políticas del presidente Donald Trump, quien ha impuesto fuertes aranceles a los productos canadienses y ha hecho comentarios sobre convertir al país —con sus 3,8 millones de kilómetros cuadrados— en el estado número 51 de la unión americana.
Además, Trump firmó una orden ejecutiva el día de su inauguración para hacer cumplir una ley existente que requiere que los canadienses que visitan EE.UU. por más de 30 días se registren ante las autoridades estadounidenses. Esto, sumado a la amplia cobertura mediática sobre la represión migratoria, ha generado nerviosismo entre potenciales visitantes.
"Es una decisión moral. Así es como se siente", explicó Cheryl Stiefvater, de 66 años, residente de la Isla de Vancouver, quien canceló sus planes de viajar por Estados Unidos en otoño. "Es una de las formas en que los ciudadanos canadienses podemos oponernos a esto".
Destinos populares sufren el impacto
Florida, que recibió cerca de 3,3 millones de canadienses en 2024 (el 27% de sus visitantes internacionales), está entre los estados más afectados. Fort Lauderdale experimentó una disminución del 20% en llegadas desde Canadá en abril, mientras que Orlando reporta una caída de hasta el 35% en las reservas hoteleras de canadienses para mayo.
A pesar de estos datos, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, minimizó la situación, afirmando que durante una visita familiar a Legoland en Florida Central, "el 80%" de las personas que se acercaron para fotografiarse con él eran canadienses.
Las aerolíneas también están ajustando sus operaciones. Un análisis de la firma de datos de aviación Visual Approach muestra que muchas compañías han reducido su capacidad hacia aeropuertos en destinos turísticos populares.
Un cambio en la percepción cultural
Corey Fram, director de turismo del Thousand Islands International Tourism Council, ubicado cerca de la frontera, ha notado un cambio en la actitud de sus vecinos del norte, al punto de modificar su estrategia de marketing.
"Los canadienses están rechazando la iconografía y la cultura estadounidense", señaló Fram, quien estima que una disminución de solo 10% a 15% en visitantes canadienses podría resultar en millones de dólares perdidos en gastos directos en la región fronteriza.
Jim Byers, escritor de viajes canadiense con doble ciudadanía, comentó que los editores en Canadá han manifestado que no quieren cobertura de destinos estadounidenses, y algunos escritores están evitando viajes de prensa a Estados Unidos.
Este rechazo, según Byers, va de la mano con el movimiento "Compre canadiense" y el lema "Codos arriba", una referencia a un movimiento de hockey. "Es una reacción muy, muy fuerte y visceral hacia alguien que pensábamos que era nuestro amigo", explicó.
Empresas turísticas se adaptan a la nueva realidad
Las empresas turísticas están sintiendo el impacto. PT Tours, una compañía de autobuses turísticos con sede en New Brunswick, canceló los ocho viajes programados a Estados Unidos, incluyendo visitas a Boston y Washington, además de un viaje de compras a New Hampshire en octubre que se había ofrecido durante más de 10 años.
McKenzie McMillan, asesor con sede en Vancouver de The Travel Group, señaló que normalmente estarían ocupados organizando viajes de última hora para las vacaciones de primavera y verano a destinos favoritos como San Diego, Palm Springs, Phoenix y Las Vegas. "En cambio", dijo, "es cero". La caída pronunciada comenzó gradualmente en enero y "desde febrero, ha sido un colapso total".
Para los aproximadamente 20 millones de canadienses que visitan anualmente Estados Unidos, generando más de 20.000 millones de dólares en gastos, la decisión de no cruzar la frontera este año parece ser tanto económica como política, una manifestación tangible del deterioro en las relaciones entre dos países que históricamente han mantenido lazos de amistad y cooperación.