En el paraninfo Andrés Avelino de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), el historiador Fernando Pérez Memén elevó a Eugenio María de Hostos (1839-1903) como el arquitecto de "la obra educativa más grande de América", durante la conferencia “Eugenio María de Hostos en el Pensamiento Latinoamericano”. Organizado por el Instituto de Filosofía de la Facultad de Humanidades, el evento reunió a docentes, estudiantes y autoridades, recordando al prócer puertorriqueño cuyo legado transformó la educación dominicana en pleno siglo XIX.
Un revolucionario de la pedagogía:
Pérez Memén destacó que Hostos no solo fundó la Escuela Normal en 1891 —pilar para formar maestros en un país donde el 80% era analfabeto—, sino que instauró un método radical: "Enseñar a pensar, no a memorizar". Su enfoque holístico integraba literatura, poesía y derechos humanos, germinando una generación crítica en medio de gobiernos efímeros y caóticos, como el del presidente analfabeto Cesario Guillermo. "En una época donde los mandatos duraban meses, Hostos plantó semillas de institucionalidad a través de las aulas", subrayó el historiador.
Más que un educador: Un visionario continental
Llegado a República Dominicana en 1879 bajo el auspicio de Gregorio Luperón, Hostos trascendió fronteras. "No fue solo el reformador de aquí: inspiró al Caribe a reclamar derechos y a ver la educación como salvación de las naciones", afirmó Pérez Memén, ubicándolo entre los 10 educadores más influyentes del mundo. Su poesía y ensayos, cargados de "pensamientos intensos", avivaron el espíritu patriótico y la lucha contra la opresión colonial.
Legado en un presente frágil:
La conferencia resaltó paralelos entre el siglo XIX y los actuales desafíos educativos. "Hostos nos recuerda que sin educación crítica, no hay democracia sólida", reflexionó una estudiante asistente. Pérez Memén cerró con un llamado: "Honrar su legado no es solo recordarlo, es combatir el analfabetismo funcional y la deserción escolar que aún nos persiguen".
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Contexto histórico:
En 1891, cuando Hostos fundó la Escuela Normal, solo 2 de cada 10 dominicanos sabían leer. Hoy, pese a avances, el 7.2% de la población adulta still es analfabeta (ENHOGAR 2022). Su figura, más que un retrato en aulas, sigue siendo bandera en debates sobre calidad educativa y justicia social.
¿Por qué importa?
En un Caribe acechado por desigualdades y migración, reivindicar a Hostos es reafirmar que la educación no es gasto, sino inversión en libertad. Como dijo Pérez Memén: "Él no construyó escuelas: construyó ciudadanía".