Ucrania lanzó un masivo ataque con drones contra instalaciones energéticas y petroleras rusas, incluyendo un intento de impacto en la central nuclear de Smolensk —la mayor del noroeste de Rusia—, según reportaron este miércoles autoridades locales. Las defensas antiaéreas rusas afirmaron interceptar 104 drones, 11 de ellos cerca de la planta nuclear, que continuó operando con normalidad.
El Ministerio de Defensa ruso detalló que los drones fueron neutralizados en nueve regiones, con casi la mitad derribados en Kursk, zona de intensos combates donde tropas ucranianas ocupan varias localidades. En Nizhni Nóvgorod, a 800 km de la frontera, los restos de un dron provocaron un incendio en una instalación industrial vinculada a una refinería de petróleo, según medios locales. No se reportaron víctimas allí, pero en Bélgorod una persona resultó herida.
La ofensiva también afectó operaciones aéreas: los aeropuertos de Kazán (Tatarstán) y Pulkovo (Leningrado) suspendieron temporalmente vuelos, ya restablecidos. Kiev no se ha pronunciado sobre los ataques, que Moscú califica como "actos de terrorismo".
Contexto estratégico
Ambos bandos niegan atacar civiles en una guerra que cumple más de dos años. Ucrania sostiene que sus operaciones en territorio ruso buscan debilitar la logística militar enemiga. Los ataques a infraestructura energética —clave para la economía y el esfuerzo bélico de Rusia— se han intensificado desde 2023, aunque Moscú asegura contener sus efectos.
La central nuclear de Smolensk, cercana a Bielorrusia, ya fue objetivo en abril pasado. La Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) monitorea de cerca estos incidentes, aunque Rusia insiste en que sus plantas están seguras.
Sin verificación independiente
Reuters no pudo confirmar los detalles de los ataques, recurrentes en medio de la escalada de bombardeos recíprocos. Analistas señalan que Ucrania busca compensar su desventaja en el terreno con ataques profundos, mientras Rusia avanza lentamente en el este.
