La Serpiente y la Luciérnaga
Una vez, una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga; ésta huía rápido de la feroz depredadora, pero la serpiente no pensaba desistir. Huyó un día y ella no desistía, dos días y nada. Al tercer día, la Luciérnaga paró y fingiéndose exhausta, dijo a la serpiente: ✨ Espera, me rindo, pero antes de atraparme