Un estudio publicado en la revista Nature Human Behaviour ha revelado que reducir la semana laboral a cuatro días sin disminución salarial puede tener un impacto significativo y positivo en la salud física y mental de los trabajadores, así como en su satisfacción laboral.
La investigación, considerada una de las más amplias y sólidas hasta la fecha sobre el tema, evaluó a 2,900 empleados de 141 organizaciones ubicadas en seis países: Australia, Canadá, Irlanda, Nueva Zelanda, Reino Unido y Estados Unidos. Durante seis meses, estas empresas aplicaron una jornada reducida del 20 % sin afectar los ingresos de sus colaboradores.
Antes de iniciar el ensayo, las empresas pasaron por un proceso de reestructuración interna de dos meses, enfocado en mejorar eficiencia, comunicación y flujos de trabajo. Luego implementaron la semana laboral de cuatro días.
Los resultados fueron concluyentes: los empleados reportaron menos agotamiento, mejor salud mental y física, y un mayor nivel de compromiso con sus funciones. Por el contrario, los trabajadores de 12 empresas que mantuvieron el esquema tradicional no mostraron mejoras en estos indicadores.
“Los efectos positivos sobre el bienestar fueron consistentes entre empresas, países y perfiles de empleados”, aseguró Wen Fan, profesor asociado de Sociología en el Boston College y coautor del estudio.
Uno de los hallazgos más relevantes fue el vínculo directo entre la reducción de horas laborales y una mejora en el sueño, considerado por los investigadores como un componente clave en el bienestar general. Incluso aquellos que redujeron su jornada solo unas pocas horas experimentaron beneficios significativos.
A pesar de ciertas limitaciones metodológicas —como el hecho de que los empleados autorreportaban su experiencia—, la mayoría de las empresas participantes decidieron mantener el nuevo modelo de trabajo más allá del período piloto, lo que sugiere que los efectos positivos se sostienen en el tiempo.
Este experimento se suma a un número creciente de ensayos y políticas en distintos países. En Bélgica, por ejemplo, los empleados ya pueden solicitar legalmente una semana de cuatro días. En Islandia, Alemania, Polonia y Portugal, se desarrollan iniciativas similares. En España, el Gobierno anunció planes para reducir la semana laboral de 40 a 37,5 horas.
Aunque el estudio se centró en países desarrollados con culturas laborales flexibles, expertos como el sociólogo Brendan Burchell, de la Universidad de Cambridge, consideran que sus resultados marcan un punto de inflexión.
“Este es un estudio clave. Aporta evidencia contundente de que la semana laboral de cuatro días no solo es posible, sino altamente beneficiosa para empleados y empleadores”, afirmó Burchell, quien ha investigado proyectos similares en el Reino Unido.
La pandemia de COVID-19 parece haber abierto la puerta a nuevas formas de concebir el trabajo. Con esta nueva evidencia científica, crecen las expectativas de que la jornada laboral tradicional pueda ser reformulada en favor de una vida más equilibrada y saludable.