Sarah Jessica Parker celebra este martes su sexagésimo cumpleaños, consolidando cinco décadas de una trayectoria artística que transformó a una niña actriz de Ohio en un referente global de la cultura pop contemporánea, principalmente gracias a su emblemática interpretación de Carrie Bradshaw en "Sex and the City".
De prodigio infantil a estrella adolescente
La carrera de Parker comenzó precozmente cuando, con apenas nueve años, obtuvo su primer trabajo remunerado como protagonista en la adaptación televisiva de NBC de "The Little Match Girl" (1974). Este temprano debut fue seguido por su primera incursión en Broadway dos años después, cuando a los once años participó en la reposición de "The Innocents".
Ya en su adolescencia, durante una entrevista por su papel protagónico en el musical "Annie", la joven actriz originaria de Ohio expresaba proféticamente su fascinación por la que sería décadas después su ciudad emblemática: "Me gustan mucho los arcoíris y me gusta la ciudad de Nueva York", declaraba entonces.
Su primer papel televisivo destacado llegó con la serie de CBS "Square Pegs" (1982-1983), donde interpretó a una aplicada estudiante y coincidió con Cynthia Nixon, quien años más tarde se convertiría en su compañera de reparto como Miranda Hobbes en "Sex and the City".
Transición al cine y romances mediáticos
La década de los 80 marcó su salto a la gran pantalla con películas como "Footloose" (1984) y "Firstborn" (Un extraño en casa, 1984), esta última junto a Robert Downey Jr., con quien mantuvo una relación sentimental hasta 1991.
Durante los 90, Parker quedó encasillada en papeles de "mujeres rubias no especialmente destacadas por su intelecto", como una despistada bruja en "Hocus Pocus" (El retorno de las brujas, 1993), una cazafortunas en "The First Wives Club" (El club de las primeras esposas, 1996) o una reportera enamoradiza en "Mars Attacks!" (1996).
Paralelamente a su carrera cinematográfica, su vida personal captó la atención mediática en 1991 cuando mantuvo un breve pero intensamente publicitado romance con John F. Kennedy Jr. Sobre aquella experiencia, Parker reflexionaría posteriormente: "No tenía ni la menor idea de qué era la fama real", añadiendo con ironía: "Cuando muera, dirán: 'Ah, sí, Sarah salió con John Kennedy'".
El fenómeno cultural que lo cambió todo
El punto de inflexión definitivo en su carrera llegó en 1997, cuando se le presentó la oportunidad de protagonizar una nueva serie para HBO basada en las columnas de Candace Bushnell para el New York Observer, posteriormente recopiladas en un libro.
"Sex and the City" (1998-2004) no solo catapultó a Parker al estrellato global, sino que revolucionó la representación de la mujer en la televisión. A lo largo de 94 episodios durante seis temporadas, la actriz no solo interpretó y narró las vivencias de Carrie Bradshaw, sino que en las últimas entregas asumió también el rol de productora ejecutiva.
Su interpretación de la columnista neoyorquina, fumadora empedernida y amante de los cócteles cosmopolitan le valió el reconocimiento de la crítica, incluido un Globo de Oro en 2000, que recibió con la sorprendida declaración: "Gracias. Nunca he ganado nada en mi vida".
Legado de estilo y empoderamiento
Más allá de su impacto narrativo, "Sex and the City" se convirtió en un fenómeno cultural que redefinió conceptos de libertad sexual, amistad femenina y, muy especialmente, moda urbana. Parker, compartiendo con su personaje la pasión por un sofisticado guardarropa, ha trascendido como referente estilístico, habiendo asistido a once ediciones de la exclusiva Met Gala y demostrando su versatilidad al cambiar más de diez veces de atuendo durante su presentación de los MTV Movie Awards en 2000.
Al cumplir seis décadas, Sarah Jessica Parker no solo celebra una longeva y exitosa carrera artística, sino también el haber creado un personaje que se ha convertido en icono generacional, cuya influencia persiste en la cultura popular y continúa inspirando a nuevas generaciones a través de producciones derivadas como "And Just Like That…", la secuela de la serie original que ha revitalizado su legado para el público contemporáneo.