El 2024 estuvo marcado por fenómenos meteorológicos extremos que afectaron a diferentes partes del mundo. Las inundaciones catastróficas fueron una de las consecuencias más graves de estos eventos, mientras que la temporada ciclónica en el Atlántico también destacó por su actividad inusitada. Aunque República Dominicana no experimentó impactos directos de ciclones tropicales, las lluvias significativas afectaron varias regiones del país, manteniendo la alerta durante todo el año.
A nivel global, los titulares estuvieron dominados por fenómenos como la DANA, que provocó inundaciones extremas en Valencia, España, y la serie de huracanes que azotaron Estados Unidos, dejando más de 300 víctimas mortales. La relación entre el cambio climático y el aumento de las temperaturas globales fue señalada como la principal responsable de la intensificación de estos eventos, un fenómeno cada vez más reconocido por los expertos.
El paso de sistemas atmosféricos por el Mar Caribe o al norte de la región mantuvo la amenaza latente. De las 18 tormentas con nombre que se formaron este año, 11 se convirtieron en huracanes, de los cuales 5 alcanzaron la categoría 3 o superior. Esta temporada ciclónica fue la primera desde 2019 en la que se registraron varios huracanes de categoría 5, incluyendo a Beryl y Milton.
El huracán Beryl, con vientos de hasta 270 km/h, transitó cerca del sur del Canal de la Mona el 2 de julio, debilitándose a categoría 4 al sur de la Península de Barahona. Su paso generó grandes olas que destruyeron áreas de puertos entre La Romana y San Cristóbal, además de nubosidad en todo el territorio nacional. Más tarde, el huracán Oscar se formó al norte de Puerto Plata el 19 de octubre, aunque no generó efectos significativos en el país.
Desde mediados de abril hasta finales de mayo, las fuertes precipitaciones fueron una constante debido a la transición entre la temporada frontal y la temporada lluviosa. A finales de octubre, las lluvias volvieron a preocupar, con la posibilidad de otro noviembre turbulento en el país. Aunque las lluvias fueron intensas y causaron inundaciones moderadas, el saldo fue menos trágico en comparación con los desastres de 2022 y 2023.
El año culminó con un descenso de las temperaturas en diciembre, impulsado por el fenómeno climático de La Niña en el Pacífico Central. Este fenómeno generó frentes fríos más directos hacia el Caribe, refrescando el ambiente en todo el país hasta mediados de abril de 2025.