Salud

Estudio revela presencia de microplásticos en chicles

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Un nuevo estudio presentado en la reunión de la Sociedad Química Americana ha revelado que las personas que consumen chicle con frecuencia podrían estar ingiriendo decenas de miles de partículas de microplásticos anualmente, planteando interrogantes sobre las posibles implicaciones para la salud que los científicos aún están evaluando.

¿Qué son los microplásticos y por qué preocupan?
Los microplásticos son fragmentos diminutos de plástico que miden menos de cinco milímetros de longitud —más pequeños que una goma de borrar— y se han detectado en numerosos elementos de nuestro entorno, incluyendo aire, agua y alimentos. Investigaciones preliminares sugieren que cuando estas partículas ingresan al organismo humano, podrían potencialmente dañar células y ADN, causar alteraciones en la actividad genética y, según algunos estudios, incrementar el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer.

La nueva investigación, liderada por científicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), ha descubierto que el acto de masticar chicle libera microplásticos en la saliva, los cuales posteriormente pueden ser tragados e infiltrarse en el sistema digestivo.

Metodología y hallazgos principales
Los investigadores realizaron dos experimentos con diez marcas de chicle disponibles comercialmente: cinco sintéticas y cinco naturales. En el primer experimento, un sujeto de prueba masticó siete piezas de cada marca durante cuatro minutos, recolectando muestras de saliva cada 30 segundos y finalizando con un enjuague bucal con agua limpia.

En el segundo experimento, evaluaron la tasa de liberación de microplásticos durante un período extendido de 20 minutos. Para analizar las muestras, tiñeron las partículas de plástico de color rojo y las contaron bajo microscopio, complementando el análisis con espectroscopia infrarroja.

Los resultados mostraron que:

  • Se liberan un promedio de 100 microplásticos por gramo de chicle
  • Algunas piezas liberaron hasta 600 microplásticos por gramo
  • Considerando que una persona promedio consume entre 160 y 180 chicles pequeños al año, esto podría representar una ingesta aproximada de 30,000 microplásticos anuales solo a través del chicle
  • Según los investigadores, esto equivaldría aproximadamente al plástico contenido en 15 tarjetas de crédito por año
  • La mayor cantidad de microplásticos se libera durante los primeros dos minutos de masticación
  • A los ocho minutos, ya se ha liberado el 94% de las partículas de plástico identificadas

Un hallazgo interesante fue que tanto las gomas sintéticas como las naturales contenían tipos similares de polímeros y liberaban cantidades comparables de microplásticos. Los polímeros más comunes identificados fueron las poliolefinas, un grupo de plásticos que incluye el polietileno y el polipropileno.

Perspectivas de los expertos
Sanjay Mohanty, investigador principal y profesor de ingeniería de UCLA, contextualizó los hallazgos: "Nuestro objetivo no es alarmar a nadie. Los científicos desconocen si los microplásticos son peligrosos para nosotros. No existen ensayos en humanos. Pero sabemos que estamos expuestos a los plásticos en nuestra vida diaria, y eso es lo que queríamos examinar aquí".

Por su parte, un portavoz de la Asociación Nacional de Confiteros (NCA) ofreció una perspectiva tranquilizadora: "Los autores de este pequeño estudio piloto admiten fácilmente en su comunicado de prensa que no hay motivo de alarma. Disfrutar de la goma de mascar es seguro, como lo ha sido durante más de 100 años".

La asociación también destacó que "la seguridad alimentaria es la prioridad número uno para las empresas de confitería estadounidenses, y nuestras empresas miembro utilizan únicamente ingredientes aprobados por la FDA".

Recomendación práctica
Basándose en el hallazgo de que la mayoría de los microplásticos se liberan en los primeros minutos de masticación, los investigadores ofrecen una recomendación práctica: para reducir la exposición a microplásticos, podría ser preferible masticar un solo trozo de chicle durante un período más prolongado, en lugar de reemplazarlo frecuentemente por piezas nuevas.

El estudio fue presentado en la reunión de la Sociedad Química Americana celebrada a finales de marzo, y representa un paso más en la comprensión de las múltiples fuentes de exposición a microplásticos en nuestra vida cotidiana, aunque se requiere investigación adicional para determinar con precisión sus efectos sobre la salud humana a largo plazo.