El calor sofocante no solo nos hace sudar, sino que podría estar apagando el reloj biológico de nuestros cuerpos más rápido de lo que pensamos. Un estudio reciente publicado en Science Advances sugiere que las olas de calor extremo están haciendo que nuestros mayores envejezcan más rápido a nivel celular. Sí, ese calor que tanto evitamos podría estar acelerando el proceso de envejecimiento.
Lo que dice la ciencia:
Investigadoras de la Universidad del Sur de California analizaron muestras de sangre de más de 3,600 adultos mayores y encontraron que aquellos que vivían en áreas con temperaturas extremas mostraban signos de envejecimiento celular más rápido. El secreto está en la metilación del ADN, un proceso que controla qué genes se activan o desactivan. El calor, con su estrés e inflamación, puede alterar esta metilación y acelerar el envejecimiento.
Un fenómeno global:
Este descubrimiento no es aislado. Estudios en Alemania y Taiwán han encontrado resultados similares: más calor, más rápido envejecimiento. En Alemania, se confirmó que el calor afecta el envejecimiento biológico en más de 3,500 personas, demostrando que este es un fenómeno global.
Más que una molestia de verano:
El doctor Manel Esteller compara el calor con otros males conocidos como el tabaco. Aunque la gente en áreas calurosas podría adaptarse un poco, los efectos nocivos del calor extremo siguen siendo un problema. No significa que viviremos menos, pero definitivamente podríamos ser más vulnerables.
Hacia un futuro más cálido:
En un mundo donde el calentamiento global sigue su curso, entender cómo el calor afecta nuestra salud es crucial. No solo es cuestión de sentirnos incómodos en un día de verano; se trata de nuestras elecciones de vida y cómo enfrentamos este nuevo desafío climático. La salud pública necesita poner un ojo en este ardiente problema para proteger especialmente a los más vulnerables.